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ITALIA

La última sorpresa de Mihajlovic

El serbio, el pasado 1 de diciembre, interrumpió la presentación del libro de Zdenek Zeman para rendirle homenaje. Nada hizo imaginar lo que habría ocurrido unos días después.

Sinisa Mihajlovic
Sinisa Mihajlovic

Si todo el mundo del fútbol italiano está llorando la muerte de Sinisa Mihajlovic no es solo por la injusta batalla que le tocó vivir y perder con 53 años. El serbio era un personaje único y siempre fue fiel a los valores y la sinceridad que expresaba sin ningún tapujo también delante de las cámaras. Ganó una Champions con el Estrella Roja, pasó por Sampdoria, Lazio e Inter y levantó dos scudetti, cuatro Copas de Italia, una Copa de la UEFA, una Supercopa y es, con Andrea Pirlo, el jugador que más goles marcó de falta en la Serie A, 28. Sus títulos, sin embargo, no son lo que hacen que todos le recuerden con tanto cariño. Su madre era croata, su papá serbio y los horrores de la guerra dejaron cicatrices imborrables que forjaron su carácter.

Cuando, en julio de 2019, anunció padecer leucemia (algo que descubrió por un dolor que sentía jugando al padel), lo hizo a su manera. No le dio miedo mostrar sus lágrimas, pero ya estaba listo para dar guerra: “Lloro y lloré también con mis jugadores, pero no saben las ganas que tengo de ir al hospital y ganar esta batalla. Estoy seguro de que lo conseguiré”. Y Mihajlovic, entre una hospitalización y otra, parecía haber triunfado una vez más. Cuentan que, tras el despido del Bolonia en septiembre, había prometido que pronto volvería a los banquillos, que era su objetivo para 2023. Y su última aparición pública, que se ha hecho viral en estas horas, confirma que, a pocos días de morir, Sinisa todavía tenía muchísimas ganas de vivir.

El técnico interrumpió con una sorpresa, el pasado 1 de diciembre, la presentación del libro de Zdenek Zeman en Roma. Mihajlovic apareció de la nada, le dio un beso al veterano entrenador, y después le dedicó estas palabras: “Zeman no ha levantado ningún trofeo, pero ganó mucho más. Supo hacer jugar bien sus equipos, descubrió a muchos jóvenes, hizo divertir a los hinchas y a los futbolistas. Antes de él, en Italia jugaban solo para no perder. Después, se empezó a jugar para ganar”. El estilo de Zeman es la misma actitud que el serbio aplicó en todos los ámbitos de su vida. Pocos días después de pronunciar aquellas frases, las condiciones de Sinisa empeoraron repentinamente y llevaron al triste final de estas horas. Se le echará de menos.