¿La última de las despedidas de Viera?
El capitán de Las Palmas, cerca de cerrar su cuarta etapa como amarillo.
Si a algo se ha acostumbrado el aficionado amarillo en la última década es a despedirse del 21. Y es que la relación de Jonathan Viera en la U.D. Las Palmas se construyó sobre talento futbolero con idas y venidas. Al igual que Harrison Ford cada vez que deja el sombrero y el látigo y pareciera que nunca vestirá de nuevo de Indiana Jones. Siempre vuelve aunque sea por CGI. Es por ello que si hay un entorno futbolístico preparado para decirle adiós a su figura más importante del siglo XXI es el de Las Palmas porque se fundó sobre la consciencia de la certeza de sus marchas.
Debido a su periodicidad, estas despedidas han ido graduando su dramatismo. Quizá la primera de todas fue la que más rasgó la emoción. En mayo de 2012, Viera se fue por primera vez del Gran Canaria. Estrella desde que debutó en la temporada 2010-11 fue líder de un equipo que iluminó los primeros meses de competición pero que se iba apagando a cada lesión. Una plantilla plagada de canteranos y primera piedra del proyecto del ascenso de la temporada 2014-15.
Esa temporada, la 2014-15, volvían a cruzarse los caminos de la U.D. y el de Viera. Tras el frustrado ascenso ante el Córdoba, Ramírez comentó que incluso había un acuerdo para que el 21 volviera a la isla en Primera. No obstante, el fiasco autoinfligido en la final de la promoción ante los andaluces frustró el regreso del jugador a Las Palmas. Sin embargo no lo haría de forma definitiva —como ha sido toda la carrera de Jonathan Viera en su relación con el club de Pío XII— porque en enero de 2015 con una Unión Deportiva lanzada hacia la Primera División firmaba el regreso del genio isleño. Tras el ascenso a Primera División hubo un “nos vemos luego”. Los grancanarios negociaron de nuevo con el Standard de Lieja —dueño de sus derechos federativos— y ya en el debut en Primera estaba Viera en Calderón de amarillo.
La segunda estancia de Viera se alargó hasta hasta febrero de 2018, concretamente. Era la campaña clave para la consolidación del proyecto en la élite tras la marcha de Setién. Sin embargo nació con un volantazo al sustituir al sustituto del cántabro. De Zerbi con el visto bueno de la dirección deportiva fue cambiado por un golpe de timón por Manolo Márquez. Con un equipo en caída, a pesar del repunte logrado inicialmente por Jémez —después de las marchas de Márquez, Ayestarán y la interinidad Paquito Ortiz— llegaría la segunda de las despedidas. Viera en el pico de su carrera dejaba Europa y se marchaba a China. Con ella caía así la última de las esperanzas de una salvación improbable.
La tercera despedida apenas dejó daños emocionales porque su llegada fue casi un regalo para la vista y la memoria. Además, lo hizo con una anunciada fecha de caducidad. Durante su carrera en China hacía parada y fonda en Gran Canaria durante un meses, de septiembre a diciembre de 2019. Aquellos en los que compartió horas de vuelo con Rubén Castro y enseñanzas con un Pedri, recién llegado al profesionalismo.
Aquella marcha no sería más que el prólogo de la cuarta venida a Las Palmas, y por ahora última de Jonathan Viera. Una vuelta a casa en las 2021-22 que se hacía bajo una premisa, ascender a Primera División, algo que se consiguió en el segundo intento. Así pues, con esta partida que ocurrirá mucho más pronto que tarde, como avisaba el máximo mandatario del club, se completará el cuarto ciclo.
Para esta despedida el jugador ya ha venido advirtiendo durante un tiempo de que su tiempo estaba más cercano. La inminencia del anuncio tras el encuentro del Celta no deja de ser uno más en el crescendo de pensamientos que ha ido dejando poco a poco por el camino. En enero de 2021 sembró el pánico cuando comentó “cada vez me divierto menos en el campo pero también es verdad que mi estado físico no me ha permitido estar a tope” en una entrevista en la emisora oficial del club. Quince meses después tras el ascenso avisó ya de que su tiempo estaba más cercano y hablaba de disfrutar del ascenso como no lo había hecho en el anterior de 2015 y expuso lo duro que había sido en lo personal la temporada.
Así pues de confirmarse lo que parece inevitable se pondría punto y final a la que sería cuarta etapa de Jonathan Viera como amarillo. ¿La definitiva? La historia compartida U.D. y Jonathan Viera construidas entre idas y venidas advierte que nada es definitivo, aunque cada menos es cierto que queda espacio para una última romería.
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