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REAL SOCIEDAD

La plantilla realista no entendió la excesiva dureza de los jugadores del Cádiz

Recriminaron tras el partido en el Nuevo Mirandilla la actitud de Alcaraz, que debió ser expulsado, y otras durante el partido. Les extrañó también la extraña permisividad arbitral.

21/12/23 PARTIDO PRIMERA DIVISION CADIZ - REAL SOCIEDAD CHRIS RAMOS
ALVARO RIVERODIARIO AS

La plantilla de la Real Sociedad regresó de Cádiz, de jugar su último partido de este 2023, absolutamente confundida con la actitud de muchos de los jugadores del Cádiz, tirando a macarra en algunos casos, en el partido que se jugó en el Nuevo Mirandilla, especialmente en la segunda parte. No entendieron la excesiva dureza, con acciones que rozaron lo antideportivo, de sus rivales en este último encuentro antes del parón navideño.

“No todo vale”, escribió en las redes sociales, incluso, el portero realista, Alex Remiro. El meta de Cascante reflejó públicamente el reproche que los jugadores de la Real Sociedad hicieron a los futbolistas del Cádiz al término del partido. Les recriminaron su actitud en algunas de las disputas que ocurrieron durante los noventa minutos. No en vano, hasta tres jugadores txuri-urdin recibieron pisotones muy peligrosos de los futbolistas gaditanos. Kieran Tierney recibió una fea entrada sin balón ya en juego de Iván Alejo, que le pisó el talón y que no contento con eso, se encaró con el escocés cuando se lo recriminó. También recibió un un pisotón en su muslo Brais Méndez en una disputa con Rubén Alcaraz, que protagonizó también dos acciones muy polémicas con Take Kubo.

Pero el tercer jugador que recibió un pisotón muy peligroso fue Aritz Elustondo, que fruto de esa dura entrada por parte de Sergi aguárdelo tuvo que retirarse habiendo jugado apenas diez minutos. El besaindarra estaba muy dolorido en el banquillo y enseñaba a sus compañeros cómo le habían roto las medias y hasta la protección de la espinillera. Regresó lesionado a Donostia, lo mismo que Takefusa Kubo, que tiene afectas las costillas por las entradas antideportivas absolutamente de Alcaraz, que todavía no se entiende como terminó el partido y no llegó a ser expulsado. Primero le propinó un puñetazo en el costado sin intención alguna de jugar un balón que después tuvo la desfachatez de reclamar que había tocado. Y después zarandeó y lanzó al suelo con violencia y sin querer jugar para nada la pelota.

Las dos acciones de Alcaraz eran totalmente merecedoras de roja directa. Pero finalizó el partido. Y ahí es donde entra la otra parte de la indignación de la plantilla de la Real. Porque las entradas duras de los jugadores del Cádiz contaron con la extraña permisividad de Iglesias Villanueva. Si lo hubiera cortado antes, probablemente los jugadores gaditanos tendrían que haber medido bastante más. No se quejan en la Real de las entradas del Cádiz, de su presión fuerte y agobiante; porque ellos también van con mucha energía a las disputas; sino que les cortaban la continuidad en el juego de manera muy agresiva, pudiéndoles provocar alguna lesión. “Por momentos fue feo y no me gustan estas cosas”, dijo Imanol tras el encuentro. Los realistas no hicieron un buen partido, lo saben y lo reconocen, pero no pueden obviar el mal arbitraje que sufrieron y las mucha patadas que recibieron de los futbolistas del Cádiz.

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