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La historia interminable

Como si fuera una serie televisiva, el guión de la relación entre Dembélé y el Barça se complica cada semana. Alguien debería escribir el final.

El jugador del Barcelona Dembélé trata de conducir el balón ante el jugador del Villarreal Víctor Ruiz.
FERRAN ZUERASDIARIO AS

Todos los guionistas coinciden en que uno de los errores más comunes que pueden arruinar un argumento excelente es el de alargar la trama innecesariamente. Lo que podía parecer apasionante, a base de giros inverosímiles acaba por convertirse en una parodia y eso es precisamente lo que está pasando entre Ousmane Dembélé y el FC Barcelona.

En el capítulo que se sirvió este fin de semana, el giro de guión es radical, pero de ninguna manera definitivo. El jugador francés, que recordemos que lleva un año sin aceptar la oferta de renovación del Barça por mucho que le regalaran los oídos con frases grandilocuentes de su técnico y presidente del estilo “es el mejor del mundo en su puesto” o “es mejor que Dembélé”, parece que ha decidido escuchar definitivamente al club blaugrana.

Según informó el viernes Mundo Deportivo, el jugador francés que lleva diez días desvinculado oficialmente del equipo catalán, ha comunicado a la junta blaugrana que acepta “un acuerdo de base, que contempla dos años más de contrato, hasta junio de 2024, y una rebaja del 40% de la ficha que tenía”.

La pregunta que surge inmediatamente tras esta revelación es obligada: ¿supone este movimiento el final del culebrón? La respuesta es que no. Ahora falta que la dirección deportiva del Barcelona acepte. O dicho de otra manera, la decisión depende en gran parte de Mateu Alemany, director de fútbol del conjunto blaugrana, que no es que sea un ferviente seguidor de Dembéle y su agente, precisamente. Otra cosa es que si fuera por Xavi Hernández, el francés seguiría sin lugar a dudas.

No obstante, aquí entra un personaje que en los capítulos anteriores no aparecía. Se trata del extremo del Leeds Raphinha, que podría pasar de actor secundario a protagonista. Le representa Deco y Xavi lo aceptaría de buen grado. Laporta, al que le sobran los motivos para estar harto del agente de Dembélé, tampoco pondría muchas objeciones al cambio de extremo. De Momento, el del Leeds no ha viajado con su equipo a la gira de verano.

De hecho, el presidente del Barcelona ya dejó muy clara la semana pasada la postura del Barça en este momento respecto al futbolista francés en el curso de la presentación de Franck Kessie como nuevo jugador barcelonista: “Para que se quede Demebélé debe de aceptar nuestra oferta y nosotros entonces la ejecutaremos si nos sigue interesando”. Es decir, que si se cierra la operación con Raphinha, que está mostrando mucho más interés por ir al Barça que el que ha mostrado Dembélé en cinco años por quedarse, el último movimiento del francés podría ser estéril.

Por tanto, seguimos en el escenario de más de lo mismo sin que el Dembélé diga “esta boca es mía” (al menos de manera pública) y con su agente, Moussa Sissoko realice movimientos desconcertantes.

Sissoko acudió el viernes a la sede del Inter de Milán, su visita obedecía para negociar con el Inter por el ex central Dan-Axel Zagadou, que al igual que Dembélé, también ha quedado libre.

Pero no saquen conclusiones aún, que como en las series malas, la trama puede estirarse como un chicle. Un capítulo más de la historia interminable.