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RAYO VALLECANO

La cantera rayista pide paso

Diego Méndez debutó y marcó contra el Mollerussa en Copa, convirtiéndose en el séptimo canterano al que Iraola da la alternativa desde su llegada al banquillo.

Diego Méndez celebra su gol al Mollerussa.
Alejandro GarcíaEFE

La Copa es momento de oportunidades, de que aquellos jugadores menos habituales se reivindiquen y de que los canteranos derriben las puertas que les separan del primer equipo. Dicho y hecho. El pivote Diego Méndez, de 19 años, encarnó ese espíritu a la perfección y firmó el debut soñado, anotando un gol que espoleó a los suyos hacia la victoria contra el Mollerussa. Ese chute de energía le inspiró también para convertirse en uno de los goleadores en el triunfo del filial ante el RSC Internacional el pasado fin de semana (5-2).

Su nombre es el último en la lista de los canteranos a los que Iraola ha dado la alternativa desde que llegó al banquillo franjirrojo. El técnico de Usurbil apostó por los defensas Mario Hernández (Liga, Mallorca) e Iker Recio (Teruel, Copa) y el centrocampista Manu Navarro (Elche, Copa) cuando el equipo militaba en Segunda (20-21). Ya en Primera, el pasado curso, sólo hizo debutar a los delanteros Álvaro Aguirre (Atlético, Liga) y Vere (Villarreal, Liga). Y de momento, esta temporada, el míster ha alineado al extremo Pablo Muñoz (Atlético, Liga) y Diego Méndez. Siete en total. Aunque de todos ellos, sólo Mario Hernández ha conseguido hacerse un hueco en el primer equipo.

Diego Méndez atendió a los medios tras su estreno con la Franja y seguía inmerso en un sueño. “Lo he vivido con mucha ilusión. No me esperaba para nada el gol, pero ha salido. A base de trabajo, seguro que llegarán los minutos”, afirmó el centrocampista, que destacó un nombre por encima del resto, el de Mario Suárez. “Nos conocemos de los entrenamientos, del día a día. Él tiene mucha experiencia y me da consejos. Me han servido todos”, concluyó.

Y es que tanto Pablo Muñoz como Diego Méndez son habituales en las sesiones del primer equipo desde pretemporada. Sin embargo, ambos se topan con dos hándicaps para contar con más minutos: la diferencia abismal de categorías entre el filial —con quien ellos compiten en Tercera RFEF— y el primer equipo y el hecho de que la plantilla vallecana sea excesivamente larga.