“Isco no está... ni se le espera”
El Sevilla busca una solución para el malagueño, que apunta a salir en el mercado invernal. Su rendimiento se ha difuminado con la marcha de Lopetegui.
Monchi intenta acelerar la remodelación de un Sevilla que necesita airearse mucho para salir del fondo de la clasificación liguera, y tener alguna opción de competir en Europa League y en Copa del Rey. En el Sevilla no se descarta en ningún caso que una de las piezas que se sustituyan vaya a ser Isco Alarcón. Ausente en el último amistoso ante el Mónaco por causas no del todo aclaradas, ni el director deportivo ni tampoco el técnico Jorge Sampaoli han conseguido que el centrocampista de Arroyo de la Miel asuma el liderazgo futbolístico del equipo.
Todo lo contrario. Isco Alarcón sorprendió con un rendimiento notable nada más llegar al Sevilla, una isla en la mediocridad con la que el equipo nervionense comenzó y ha seguido deambulando esta campaña. Pero luego, el malagueño se fue desinflando con el paso de los partidos hasta que la marcha de Lopetegui le ha convertido en un futbolista cuyo rendimiento, lejos de brillar, pasa desapercibido o incluso irrita a la hinchada blanquirroja en algunos encuentros.
Precisamente, ese despido del anterior técnico parece haber acabado del todo con el ímpetu y las ganas que el jugador trajo a la capital de Andalucía tras sus últimos y abruptos años en el Real Madrid. Ahora la cosa es muy diferente. “Isco no está... ni se le espera”. Con estas palabras aclaraba una voz cercana al vestuario del Sevilla la situación actual del centrocampista malagueño. Ese estado de forma de hace meses con el que asombró en las redes sociales, en las que aparecía con un preparador personal, no se parece al de ahora.
“Isco puede ser un líder y si pone de manifiesto esa calidad nos tiene que dar muchos puntos”, afirmaba Sampaoli nada más llegar en octubre al Sevilla. La quinta amarilla en un mal partido contra el Rayo Vallecano provocó que se perdiera el derbi contra el Betis, lo que le ganó un montón de críticas multiplicadas, una semana después, cuando el entrenador decidió cambiarle en el descanso de otra derrota, ante la Real Sociedad. En Copa y ante el modesto Velarde, en el último duelo sevillista antes del parón internacional, tampoco mostró la mejor predisposición en su salida al campo. El entrenador le cambió a los 60 minutos.
A unos días de que termine el Mundial y semanas ya de que se reanude la competición, en el Sánchez-Pizjuán no descartan, más bien avisan, con la posibilidad de que el malagueño abandone el club en el mercado de enero. Afortunadamente para todos, Isco firmó por un salario fijo que no es prohibitivo para muchos equipos, y muchos de los pluses, dada la situación del equipo en la tabla y la suya propia, no van camino de cumplirse. Víctima o también uno de los verdugos del Sevilla actual, su aventura en Nervión duraría menos de seis meses.