Adrián González: “Mi padre estaba muy preparado para entrenar al Madrid”

Adrián González (Madrid, 25 de mayo de 1988, 36 años) emprendió hace tres años la aventura de ser entrenador junto a su padre, Míchel. Tuvo que colgar las botas, a los 34 años, en el Fuenlabrada, a causa de las lesiones y decidió ponerse a las órdenes de su progenitor, primero en el Olympiacos y desde hace dos temporadas en el proyecto ‘español’ del Al Qadsiah, de Arabia Saudí. El año pasado consiguieron el ascenso a la elite y en éste pelean por clasificarse para la Champions de Asia con el Al Nassr de Cristiano Ronaldo. Estas son sus reflexiones desde Khobar, en la costa este del país, donde reside:

Dos años ya en Arabia Saudí. ¿Qué balance hace?

Están siendo dos años de retos, con un proyecto muy bonito en una liga que no se conoce demasiado. El fútbol en Arabia Saudí está creciendo y cada vez tiene más nivel. Con respecto a nuestro equipo, el Al Qadsiah, está siendo muy gratificante la experiencia de poder participar muy activamente en la construcción de un club casi desde cero y que aspira a ser referencia futbolística en Arabia Saudí.

¿Les costó adaptarse?

A nivel personal, no. Todo lo que nos hemos encontrado ha sido mucho mejor de lo que pensábamos en un principio. Incluso mi familia, que ya está instalada aquí conmigo, la primera vez que vino a visitarme lo vio todo bastante positivo.

¿Cómo es la ciudad de Khobar, donde viven?

Es una ciudad costera. Estamos a 30 minutos de Bahréin, separados por un puente. Es una ciudad que tiene de todo, tranquila y que, para los saudíes, es un lugar de vacaciones y donde muchos tienen una segunda residencia.

Hablemos de su paso de ser jugador en activo a ser asistente de su padre en la faceta de entrenador. ¿Cómo y cuándo se produce?

Yo estaba en el Fuenlabrada, mi último club, en 2022 y las lesiones ya no me estaban dejando jugar. Estaba viendo que el final estaba cerca y no quería seguir jugando de cualquier manera. Dos años antes ya había empezado a formarme porque tenía pensado en ser entrenador. No me apetecía tener ese período de transición entre colgar las botas y pasar a los banquillos.

¿Tiene todos los títulos ya?

No, me falta el último que espero empezar a sacármelo este verano en España.

Dio sus primeros pasos como asistente de entrenador junto a su padre en el Olympiacos. Surge la oferta del Al Qadsiah y se encaminan hacia Arabia Saudí. ¿Tan atractivo era ir a un club que estaba entonces en la segunda división?

Sí. Muchos pueden pensar que el factor económico marca muchísimo la decisión, pero en nuestro caso, y aunque la gente no se lo crea, no ha sido tanto eso, y tampoco lo ha sido en las siguientes dos renovaciones que hemos firmado, la última hace unas semanas. Para nosotros lo importante fue lo que se nos transmitió del proyecto que tenían los dueños, la petrolera Aramco, de hacer del Al Qadsiah un club grande en la liga de Arabia Saudí.

La progresión está siendo meteórica: el año pasado el Al Qadsiah ascendió y éste el equipo está peleando con el Al Nassr de Cristiano Ronaldo por clasificarse para la Champions de Asia.

En la proyección del club, en este primer año en la élite, es intentar estar entre el quinto y el séptimo, pero estamos superando las expectativas. Lo de entrar en la Champions era una utopía, pero tal y como van las cosas vamos a pelear por ello con un club, el Al Nassr de Cristiano. que nos supera bastante en presupuesto. Además, dentro de ese desarrollo como club, había otros retos marcados, como, por ejemplo, poder sacar un jugador de la cantera al primer equipo, cosa que ya hicimos el año pasado. En la proyección a cuatro o cinco años estaba también el poder llevar jugadores formados en la cantera a la selección, y eso ya se ha cumplido en esta última convocatoria.

El Al Qadsiah está cuarto, empatado con el Al Nassr de Cristiano y restan nueve jornadas para el final. ¿Ve factible quedar tercero y clasificarse para la Champions de Asia?

Lo que sí que vamos a hacer es competir hasta el final, a pesar de que el Al Nassr de Cristiano nos dobla en presupuesto y en gasto en los dos mercados de esta temporada, y va a ser un reto difícil.

Muchos clubes de la liga de Arabia llevan invirtiendo durante los últimos años importantes cantidades de dinero en jugadores contrastados y con mucho nombre, pero que en muchos casos están en el final de su carrera. En China sucedió algo similar y al final el globo se pinchó. ¿Cree que eso puede pasar también allí?

Yo creo que no. Conforme van pasando las temporadas, la liga se está haciendo más potente a causa de la paulatina privatización de los clubes. Las cosas se están haciendo bien y se van a ir haciendo mejor y más ordenadas, y lo estamos viendo en los mercados, que muchos jugadores ya no vienen a esta liga a retirarse. Yo creo que el fútbol y el desarrollo de la liga está enmarcado en el desarrollo que está teniendo el país. Arabia Saudí está ahora en un proceso de cambio progresivo, de darse a conocer al mundo, de abrirse, y lo estamos viendo no sólo a través del fútbol, sino con otros deportes y eventos.

Arabia Saudí es un país con un concepto de derechos y libertades distinto de lo que entendemos en el mundo occidental. ¿Puede ser que los europeos y los deportistas de élite vivan en una especie de burbuja, alejados de ese otro mundo real?

No vivimos en ninguna burbuja, sinceramente. Mi mujer, mi madre o el resto de mujeres de los miembros del club, por ejemplo, se mueven libremente por el país, por la ciudad, sin ningún tipo de problemas. La gente es superatenta y superacogedora con los que vienen al país a trabajar codo con codo con ellos y que son parte importante del desarrollo del país. De verdad le digo que no hemos tenido jamás la sensación de no tener derechos ni libertades. Vamos a centros comerciales y a restaurantes y la mujer saudí se comporta de manera normal. No hay nada extraño en lo que hacen.

¿Cómo es entrenar al lado de Míchel, su padre?

Son ya tres años los que llevo a su lado, el del Olympiacos y los dos del Al Qadsiah, y es verdad que hemos perdido un poco lo que es la relación más personal para dar paso a una más profesional. Pero es fácil trabajar con él, puedo hablarle con sinceridad, decirle lo que me gusta y lo que no, porque, además, él es una persona que escucha a todo el mundo.

¿Discuten mucho? ¿Tienen ideas parecidas como entrenadores?

Tenemos ideas parecidas, pero también discutimos mucho. Tanto Juan Carlos Mandiá, Quique Sanz como yo, que somos los que estamos al lado de él como asistentes, tenemos que hacerle pensar, y por tanto hay muchas discusiones de fútbol, pero nuestro trabajo es intentar ayudar para conseguir el mejor plan de partido posible para intentar ganar.

¿Cuántos españoles son en el staff técnico?

Pues además de mi padre, Mandiá, Quique Sanz y yo, está José Luis Silva, que ha venido este año del Sevilla como entrenador de porteros, y Antolín Gonzalo, que estuvo con Julen Lopetegui en el Madrid y en la Federación. Luego, en la dirección deportiva están Carlos Antón, Álvaro Rius... En total, en el club, somos casi una quincena de españoles.

¿Y el tema de la afición cómo está? porque vemos partidos y muchos campos no llegan a una media entrada?

Va progresando. En nuestro estadio cada vez va más gente, creo que somos los quintos o los sextos que más público llevamos al estadio. Los clubes están empezando también a trabajar de forma distinta con respecto a sus seguidores y están empezando a tener la intención de crear masas sociales fieles. Va a la par con el desarrollo del proyecto de la liga. Es verdad que el fenómeno de afición como lo entendemos en Europa se da más en ciudades como Riad o Yeda.

¿Qué tal Nacho y Aubameyang, los dos jugadores con más nombre del equipo?

Muy bien. Es increíble cómo, viniendo de la élite, se han adaptado perfectamente, compitiendo a gran nivel y ayudando al desarrollo del club, aconsejando a los jóvenes y, sobre todo, divirtiéndose.

Con anterioridad me ha dicho que le queda el último título de entrenador. Cuando se lo saque, ¿le gustaría volar solo o prefiere seguir con su padre?

No, yo quiero seguir con Míchel hasta que él quiera dejar de entrenar. Creo que es lo mejor para mí y lo más justo. Luego, cuando mi padre quiera dejar de entrenar, daré el paso de caminar solo. El poder estar con él me da la oportunidad de seguir formándome en sitios de élite.

¿Está pensando su padre en retirarse?

No, para nada. Está en plena forma y tiene cuerda para rato.

Por cierto, ¿le sorprende que su padre nunca haya estado en las quinielas para entrenar al Madrid?

Si hubo alguna oportunidad en su momento, el Madrid hubiese hecho bien en contar con él, porque está muy preparado. Pero es que, además, sabe perfectamente lo que es el Madrid, todo lo que rodea al Madrid y cómo lidiar con ello, y esto es tremendamente importante. En esa gestión de vestuario y de club, el poder contar con alguien con experiencia marca muchísimo.

¿Y usted cree que esa espinita sigue teniéndola clavada o lo ha olvidado con el paso del tiempo?

Él nunca lo va a decir, pero ya se lo dije en su momento: estaba muy preparado para poder entrenar al Real Madrid. A lo mejor podrían haber pensado en él.

Gracias.

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