Casi una década de espera
Hacía 9 años, 6 meses, y 13 días que el capitán del Levante no marcaba en el Ciutat. “Tenía muchas ganas de sentir esta sensación tan bonita”, afirma.
Vicente Iborra volvió a rugir en el Ciutat de Valéncia prácticamente una década después. Tras 9 años, 6 meses, y 13 días de espera, el capitán marcó de nuevo en Orriols después de regresar al club de sus amores este verano. Lo hizo para firmar la victoria frente al Málaga, tras anularle el gol del triunfo la jornada anterior en Lugo, y dejar al equipo de Javi Calleja a tres puntos del ascenso directo. “Tenía muchas ganas de sentir esta sensación tan bonita”, afirmó tras el encuentro. Es el decimocuarto gol que marca con la camiseta del Levante.
Tras marcar su último gol en el feudo granota un 19 de mayo de 2013 (Levante 2 - Rayo Vallecano 3), 3.486 días Iborra volvió a sentir el abrazo de la grada. Un gol, además, con una dedicación especial: “Tenía ganas de dedicarle un gol a mi padre y también a Dolores Escamilla, una persona muy especial para mí y que hizo mucho por el club. Va para ambos”.
El centrocampista de Moncada suma dos goles esta temporada. El primero lo hizo en Oviedo para firmar el empate en un partido que iba cuesta abajo en el Carlos Tartiere; el segundo, en casa. “Al final lo más importante es que el equipo sume de tres. Contento por ello y no te voy a negar que tenía muchas ganas de sentir esta sensación tan bonita, tan especial, delante de nuestra gente. Nos ha servido para ganar, que era lo importante, y la verdad que ha sido muy bonito”.
A sus 34 años, el rendimiento de Iborra a su regreso está siendo sobresaliente. Es el segundo jugador de la plantilla con más minutos (1424′), por detrás de Cárdenas (1620′) y está en el segundo escalón goleador, únicamente a la estela de los tres de Bouldini, empatado con Campaña, De Frutos, Joni Montiel, Soldado, Cantero y Brugué.
El propio Calleja reflexionó sobre la figura del capitán tras el partido frente al Málaga. “Iborra es un líder. Le conozco hace tiempo, sé lo que puede dar. A veces solo nos centramos en lo deportivo, pero hay otras cosas que no se ven y que los entrenadores valoramos muchísimo. Tiene el carácter y la personalidad suficiente para saber medir los tiempos del partido. Es un jugador que contagia al resto, que les hace sentirse más seguros y es capaz de tirar al equipo hacia delante. Tiene como persona muchas más virtudes que hace que sea un jugador importantísimo”. El levantinismo añoraba un líder de sus características.