Guerra escucha las críticas de la afición antes de tomar medidas

Mientras José Riestra, Director Global de Fútbol de Orlegi Sports, seguía en Mareo su agenda de trabajo que debe desembocar en las medidas que pretenden reconducir al Sporting, el presidente ejecutivo David Guerra se sentaba en la sala de prensa de El Molinón a escuchar de forma directa, sin intermediarios, las críticas de los aficionados a la gestión del grupo mexicano.

Guerra estuvo acompañado por el responsable del Área Operativa y de Seguridad, Carlos Barcia, así como por el director de Comunicación, Carlos Llamas. Enfrente, representantes de varias peñas y de colectivos relevantes entre la masa social del club (Unipes, Grada de Animación y Asociación Anselmo López). Solo faltó la Federación de Peñas Sportinguistas que volvió a escenificar las diferencias que mantiene con la entidad.

El encuentro se prolongó por encima de la hora y los aficionados trasladaron al presidente ejecutivo los asuntos que preocupan en el entorno sportinguista y que no se detienen en los malos resultados deportivos. En este sentido, la política de cantera, el proyecto de Orlegi Sports para la entidad, marcado hasta ahora por el fracaso en dos de los tres años, así como los precios de los abonos para la próxima campaña fueron las grandes inquietudes que se pusieron de manifiesto.

En síntesis, David Guerra aprovechó el foro para pedir unidad a los sportinguistas, para reiterar el compromiso del grupo mexicano con el Sporting, así como la promesa de que el proyecto de la próxima temporada tendrá capacidad económica para armar una plantilla competitiva, con Asier Garitano como entrenador. El presidente ejecutivo recalcó que Orlegi no tiene intención de vender la SAD y desmintió los rumores que circulan sobre el inicio de un supuesto proceso de venta.

Los seguidores rojiblancos, encabezados por los representantes de la Grada de Animación, anunciaron al Sporting que las críticas generalizadas a la gestión y a los malos resultados de esta temporada quedarán reflejadas con la movilización que se pretende organizar en el último partido de liga en El Molinón. Será el último fin de semana de mayo con motivo de la visita del Cartagena, equipo ya descendido a Primera RFEF.

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