Gracias por todo, Gil Manzano
El colegiado extremeño desesperó a los jugadores de la Real con su arbitraje parcelado en el Benito Villamarín.
No sirve de nada, pero que nadie nos quite el derecho al pataleo. Puede que Gil Manzano quiera reírse en la cara de la Real Sociedad, pero al menos que no se encuentre enfrente a alguien que aplauda sus decisiones absolutamente parceladas. Sí, es imposible hacer cualquier análisis de la derrota del equipo txuri-urdin en el Benito Villamarín contra el Real Betis sin hablar primero de la expulsión muy rigurosa de Igor Zubeldia que condicionó el resto del partido de manera muy clara. Es más, se puede decir que se cargó lo que apuntaba a ser un gran espectáculo entre dos aspirantes claros a la pelea por los puestos europeos.
Los donostiarras se volvieron de Sevilla condicionados, perjudicados, enfadados y, no lo olvidemos, también goleados. Pero esto último fue consecuencia de un arbitraje parcelado, dañino y que acaba minando la moral hasta acabar desquiciado. Así terminaron los jugadores de la Real Sociedad. Y no me extraña. El show de Gil Manzano no tuvo fin. Nada más empezar el partido empezó a condicionar todo con una amarilla a Aramburu que se podía haber ahorrado. Siguió con la expulsión de Zubeldia. Prosiguió con el penalti parado después por Remiro. Continuó con la no expulsión de Antony por dar varias patadas a Javi López sin el balón ya en juego. Y le puso la guinda con la expulsión de Becker a falta de veinte minutos para el final.
¿Adivinan cual de esas jugadas fue la única que fue a cotejarla con el VAR? Sí, la de Becker, que fue la única que acertó de pleno. Pero lo demás, ¿para qué? No vaya a ser que tenga que cambiar de opinión y quede en evidencia. Eso es lo que da rabia. Que siempre que hubo duda de hacia donde pitar, Gil Manzano decidía en contra de la Real Sociedad. Ante esa tesitura, es normal que termines el partido completamente hundido . Porque si ya era difícil tener que luchar contra un mejorado Real Betis y su presionante afición, tener que hacerlo además contra el árbitro, convierte en misión imposible el asalto al Benito Villamarín.
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Y luego está la segunda parte de la Real, que también fue deficiente, no lo vamos a obviar, a pesar de estar con diez jugadores. Se perdió hasta el golaveraje, y eso molesta, claro. Pero nada de todo lo que ocurrió se puede analizar sin tener presente lo ocurrido en el minuto 22 y lo claro que tuvo Gil Manzano que había que expulsar a un jugador de la Real Sociedad. Le llega a pasar esto al Real Madrid y arde Troya. Lo tengo claro. Porque hasta el descanso, y a pesar de estar con uno menos, los txuri-urdin llegaron a estar mejor que el Betis, teniendo la gran ocasión de Sucic, que estrelló un chutazo en el larguero. Gil Manzano se cargó un partidazo y aniquiló a uno de los dos equipos. Fue la Real Sociedad, que debería pedir al CTA que Gil Manzano, por favor, no le arbitre durante mucho tiempo.
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