Frustración lejos de Ipurua
El Eibar solo ha ganado una visita en más de medio año. Convence en el juego, pero no es capaz de concretarlo en goles.

Curso nuevo, mismos problemas. El Eibar vuelve a morder el polvo fuera de Ipurua y corta así su inicio esperanzador en la clasificación. Al conjunto orquestado por San José le sobró juego para crear ocasiones y neutralizar el empuje cadista, pero le faltó eficacia para corroborarlo. De modo que el resultado fue nuevamente un duro revés en sus aspiraciones. Ya van tres consecutivos a domicilio. Lo que evidencia su necesidad por aferrarse a Ipurua. En todo el 2025, el cuadro armero tan solo ha sumado dos victorias como visitante. La última, frente al Granada, en un periodo de tiempo que se alarga hasta más de medio año.
De cara a la cita del Nuevo Mirandilla, el técnico azulgrana estableció dos desafíos claros a sus jugadores: entrar dominando al inicio y terminar logrando un resultado positivo. Reto de suma dificultad para medirse ante uno de los mejores locales de la categoría. Aun así, los armeros obedecieron a la primera consigna de su entrenador y se adueñaron con los primeros compases del choque. Las cuatro modificaciones del once provocaron que el Eibar no acusara el desgaste del lunes frente al Andorra, por lo que pudo encadenar pases para ir ganando terreno y en el momento que no tenía el balón, se juntó con tal de volver a tenerlo rápido en su posesión.
No estiró en demasía su buen momento, aunque tampoco se le vio sufrir en exceso con las individualidades de Suso y Tabatadze. Como sí lo haría más tarde. Tras el descanso, volvió a repetirse el mismo guion, aunque con mayor resolución. El Eibar logró plasmar su dominio en ocasiones, mientras la respuesta del Cádiz, a cargo de la zurda de su hijo predilecto, fue definitiva. Por mucho que el equipo guipuzcoano insistiera unas veces más con distintas ocasiones carentes de puntería. Las áreas mandan, y los armeros, que hasta la fecha habían hecho gala de su pegada, se quedaron a cero por primera vez en la campaña.
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Más allá de su falta de acierto, lo que más preocupa a la parroquia eibarzale son todos los registros negativos a domicilio. Uno de los motivos que pudo costar el cargo de Joseba Etxeberria, pero que con la llegada de San José parecía haber llegado a su fin, pues el donostiarra acumuló seis desplazamientos consecutivos sin conocer la derrota. Datos que no lograron maquillar un mejorable bagaje como visitante en la temporada anterior. Únicamente sumó 19 puntos de 63 posibles. En la presente, la tendencia marca el mismo camino, aunque siempre les quedará la vieja confiable: Ipurua. Su escenario idóneo donde combatir la frustración.
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