Real Sociedad

Fin de ciclo, pero no de proyecto

Del exitoso triunvirato que formaron Aperribay, Olabe e Imanol, solo quedará el presidente la próxima temporada. Pero Bretos quiere garantizar con un nuevo entrenador la continuidad de un proyecto sólido y con futuro.

Fin de ciclo, pero no de proyecto
Juan Herrero
Roberto Ramajo
Nacido en Irún en 1981. Entró en el grupo en 2002 como redactor de prácticas. En 2005 se incorporó a la redacción en Gipuzkoa del Diario AS. Desde entonces cubre la información de la Real Sociedad. En 2006 entra en Radio Irún y se encarga de los deportes de la comarca del Bidasoa. En 2020 es nombrado Jefe de Deportes de la Cadena SER en Gipuzkoa.
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El adiós de Imanol Alguacil al final de la presente temporada no significa el fin del actual proyecto deportivo de la Real Sociedad. Se cierra una etapa brillante, pero el plan no cambia, aunque tendrá un nuevo inquilino en el banquillo para liderarlo y seguir llevándolo a otras cotas importantes . Lo que sí se cierra es un ciclo, el formado por un triunvirato sin el que no se entendería este lustro repleto de éxitos en la Real Sociedad. Porque Imanol ha sido el patrón del barco en el césped, pero ha habido más ‘culpables’ en esta gloriosa historia txuri-urdin: el presidente Jokin Aperribay y el Director de Fútbol Roberto Olabe. Los tres, con sus diferencias y muy distintas maneras de ser, formaron un poderoso tridente sobre el que se ha sostenido el proyecto deportivo del club donostiarra. La temporada que viene solo quedará Aperribay.

Roberto Olabe ya comunicó su decisión de no continuar a finales del 2024 como director de fútbol de la Real. Y ahora ha sido Imanol Alguacil el que dice que también se marcha al final de esta temporada. Con Jokin Aperribay como único superviviente de ese triunvirato exitoso e inigualable, la primera tarea del nuevo Director Deportivo será la de garantizar la continuidad de un proyecto deportivo que se entiende no está, ni mucho menos, acabado, porque es muy sólido, y sobre todo se entiende que tiene mucho futuro por delante. Con Erik Bretos, hasta ahora mano derecha de Olabe, se asegura el perfil continuista del trabajo que se viene haciendo durante los últimos años, algo que resulta clave y que ayudará sin duda a la búsqueda del sustituto de Imanol Alguacil. Porque el perfil empieza por ahí, por encontrar un entrenador que continúe con el trabajo realizado por Imanol, aportando su toque personal a un proyecto que todavía tiene muchas alegrías que ofrecer a la afición txuri-urdin.

Evidentemente, de esta decisión con el banquillo del primer equipo depende todo lo demás. Y aunque el club esperaba que siguiera y entendía que era el entrenador adecuado para la próxima temporada, el anuncio de su marcha tampoco les pilla con el pie cambiado, porque también estaban preparados para este nuevo escenario.

Ahora se ha convertido en la gran patata caliente con la que Erik Bretos se va a estrenar como director deportivo de la Real Sociedad. Porque aunque Olabe ejercerá de asesor en la elección y ayudará con su conocimiento, la decisión final la van a tomar Bretos y el presidente, Aperrribay. No será fácil encontrar un sustituto que esté a la altura de Imanol, un entrenador que a pesar de la irregular actual campaña, suma 157 victorias y 82 empates con la Real, además 95 derrotas, en 334 encuentros oficiales.

Es el tercer entrenador con más partidos en la historia de la Real, después de Benito Díaz (389) y John Benjamin Toshack (386), a los que ya no podrá alcanzar, cómo llegó a expresar que era su deseo. Pero sí podrá despedirse como el técnico con mejor promedio de victorias, habiendo dirigido a la Real 253 partidos de liga, 36 de Copa del Rey, 36 de Europa League, 8 de Champions, y 1 de Supercopa de España.

A partir de la contratación del nuevo entrenador, llegarán el resto de decisiones a las que tendrá que enfrentarse Erik Bretos. Por ejemplo, el futuro de pilares indudables de proyecto al que quieren darle continuidad porque creen que sigue siendo válido aunque no esté Imanol. Es el caso de Martín Zubimendi y Take Kubo. La situación del centrocampista donostiarra parece estar bajo un control un poco débil porque aunque tiene contrato hasta 2027 con cláusula de 60 millones de euros, va a dar mucho que hablar en el mercado, y ahí habrá que ver la habilidad de Erik Bretos para convencerle de que se quede en un momento de necesidad siendo un referente del club o acabar gestionando su salida con un sustituto de garantías. Cada vez sobrevuela más la sensación de que este próximo verano sí hará lo que no se atrevió el pasado año: aceptar la oferta de un club de la Premier League. En Inglaterra dan por hecho desde hace tiempo que tiene la decisión tomada y que va a dar el paso de fichar por el Arsenal de Mikel Arteta. Pero la opción que le vincula al Real Madrid suena con más fuerza con el paso de los días.

Con Kubo pasa algo parecido, con la diferencia de que con el japonés no existe el componente sentimental, por mucho que el japonés haya mostrado un compromiso fuera de toda duda. Es la estrella del club, deportivamente y también en lo que marketing se refiere. Y supondría una pérdida muy importante en todos los aspectos. El club donostiarra cree tenemos bien atado desde su última renovación, pero los cantos de sirena sobre su figura son constantes. Y si la Real no se clasifica para Europa, no será fácil para Bretos convencerle para que se se quede. Por mucho que el japonés no quiera vincular su futuro con seguir jugado en Europa con la Real.

Además de todo esto, tiene encima de la mesa el problema de Umar Sadiq, un jugador por el que se pagaron 20 millones de euros y que en verano tratará de sacar la mayor rentabilidad posible a su marcha., después de sus buenos números cedido en el Valencia en esta segunda parte de la temporada/ Además, deberá gestionar el problema con el ’9’ que no termina de dar quebraderos de cabeza a la dirección de fútbol realista desde la venta de Alexander Isak al Newcastle. Se confía en la explosion de Orri Oskarsson el próximo curso, después de una difícil primera campaña de aclimatación. A pesar de que está el eterno Mikel Oyarzabal, que nunca decepciona, fichar otro delantero centro que asegure goles parece algo necesario.

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Y por supuesto, Erik Bretos deberá trabajar para mantener el nivel que está ofreciendo la cantera de Zubieta en los últimos años con la gestión de Roberto Olabe. Con la continuidad en ese trabajo como base de todo, se enfrentará al reto de tener que pelear más si cabe con el riesgo que siempre genera en materia de fútbol base el eterno vecino, un Athletic club al alza. Bretos tendrá que darle su toque para la siempre prolífica cantera realista no se marchite y ayude desde la base al nuevo entrenador, que por supuesto tendrá que saber adaptarse a la filosofía que supone la apuesta por la gente de la casa de un club como la Real Sociedad. Porque ciclo se habrá acabado, pero el proyecto continúa. En todos los ámbitos. De Erik Bretos depende que siga siendo un proyecto de éxito.

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