Etxeberria: “El Athletic me lo ha dado todo como deportista y como persona, me sentí superquerido”

Joseba Etxeberria (Elgoibar, 46 años) ocupaba hasta hace muy poco el podio de los mitos más grandes del Athletic. Era tercero en partidos tras el inalcanzable Iribar (614) y Txetxu Rojo (541). Pero se coló Muniain, se fue hasta la segunda plaza: 548. Ahora De Marcos se encuentra a un compromiso de ponerse a su nivel: 514 como león. Hasta podría cumplirlos mañana en el encuentro que enfrenta a Etxebe, como entrenador del Eibar, por primera vez contra el club de su alma, el Athletic, en partido de Copa en Ipurua.

El Gallo, apodo que le venía como anillo al dedo por ser un tipo muy echado para adelante, cerró su etapa en Bilbao con 104 goles en 15 temporadas. También le rebautizaron como el ‘Potro de Elgoibar’. Decidió jugar gratis el último curso en agradecimiento por todo lo que vivió en San Mamés. Su llegada a la Catedral en el verano de 1995 procedente de la Real Sociedad, por 500 millones de las antiguas pesetas, provocó una hecatombe en Donostia y un durísimo enfrentamiento entre ambos clubes. Atiende a AS en una de las salas de Ipurua, accesible, pausado y ameno, como siempre.

¿Cómo le van las cosas por Eibar?

Antes de firmar ya tenía información de gente que ha pasado por aquí. Sin haber estado yo nunca, la cercanía del pueblo, mi mujer y toda su familia son de Eibar... Este crecimiento como club lo he vivido muy de cerca. He podido confirmar lo que me habían dicho: es un club diferente, el factor humano es muy importante, hay un sentimiento familiar. Ese entorno ayuda lo que es día a día.

¿Notó un ambiente de frustración por estos dos años en los que el ascenso se quedó a un paso?

En pretemporada detectamos que había que ilusionarse de nuevo. En algunos amistosos, en cuanto el rival nos hacía un mínimo peligro, el equipo se empezaba a tambalear. Pensábamos que era por tratarse de la pretemporada y porque traíamos unas ideas diferentes, pero vimos que no. De hecho, en el inicio liguero el equipo estaba completamente atascado y nos costó darle vuelta.

Así es y luego llegó una racha fantástica. Y ahora otra vez parece que les está costando. La trayectoria de rachas que han adornado su carrera.

La idea de equipo sigue siendo la misma. Si analizas los equipos en los que he estado, Basconia, Amorebieta, Tenerife, Bilbao Athletic, Mirandés y ahora el Eibar, no somos tan diferentes en cuanto a la idea. Tenemos claro cómo jugar y cómo entrenar para jugar así. Nos gusta que en los partidos pasen muchas cosas, que sean de ida y vuelta. Hay que pagar un peaje por eso. Nos cuesta mantener la portería a cero. Y en el Eibar, también. Tenemos claro que queremos seguir jugando con esa idea.

Acabó la primera vuelta.

Ha habido tres fases: una muy mala, la inicial, en la que no ganábamos porque jugábamos mal con y sin balón; otra central muy buena, de un nivel de juego, precisión y presión que daba gusto ver al equipo; y la última fase, en la que el juego no ha sido muy diferente, pero sí la mentalidad competitiva: hemos regalado demasiado, goles tontos, penaltis, expulsiones... situaciones que tenemos que corregir si queremos ser un equipo competitivo.

¿Está llevando la carrera que pretendía como entrenador?

No me marco ningún camino. Quiero disfrutar del camino, me encanta lo que hago. Con el paso del tiempo he ido subiendo de categoría y nivel de clubes. Ahora estoy en un club profesional muy potente y no me planteo dónde estaré el año que viene. Este es un camino de aprender cada vez más y veremos en el futuro qué pasa.

Pudo seguir en la estructura del Athletic, pero quiso volar libre. ¿Se cansó de esperar una oportunidad en el primer equipo?

No, no. Me conozco muy bien y soy muy pasional. Si no voy a estar al cien por cien en cuerpo y mente en algo, y no hablo del fútbol solo sino de cosas que me han pasado en la vida, no sigo. En Lezama estaba muy a gusto, fueron dos años magníficos, pero creía que, en una antesala de la élite como el filial, no es bueno para los jugadores estar demasiado tiempo, ni para mí. Te enriquece tratar con otros jugadores y otras ideas, no solo a la hora de jugar sino también a la de entrenar. Dos años fueron suficientes, tenía otro de contrato, pero no era bueno para nadie cumplirlo.

¿Vio otras opciones fuera?

Todo el mundo pensaba: seguro que tiene algo trincado. Yo decía que no, que ojalá y se demostró que así era porque me fui para casa. Luego vino la oferta del Mirandés en febrero de esa temporada. No me arrepiento de esa decisión, era bueno que el entrenador que estuvo esos dos años dejara paso a otro.

No cierra la puerta al Athletic, en todo caso.

El Athletic me lo ha dado todo como deportista y como persona. Llegué muy joven, era un niño. Te crees que lo sabes todo y te das cuenta de que no tienes ni idea de lo que es la vida. Me ha hecho crecer a nivel deportivo, madurar... y he sido muy feliz. Pero ahora soy entrenador profesional, y voy a disfrutar de este partido frente al club que me lo ha dado todo. El que me conoce sabe que voy a hacer todo lo posible por pasar la eliminatoria.

No es un partido más, está claro. Además, se enfrenta a Valverde, excompañero, exentrenador y colega en un banquillo. Un cóctel increíble.

De Ernesto solo tengo buenas palabras, porque me ha enseñado muchas cosas. Cuando yo llego a Bilbao con 17 años, después de todo el follón que se montó por mi fichaje, él era uno de los veteranos, de los que actúan de hermano mayor, y me sentí muy arropado por él y por Urrutia, Andrinua, Garitano, Ziganda... Llegas, es todo nuevo y ellos te transmiten esa serenidad que te permite centrarte en entrenar y jugar. Como te empieces a despistar, la has cagado. Coincidimos un año, el último suyo era el primero mío. Después fui jugador suyo y luego tuve la suerte de trabajar tres años con su cuerpo técnico. Verdaderamente ahí l terminé de conocer, cuando estás en la cocina de lo que es la élite. Fueron magníficos, es un entrenador que maneja absolutamente todo con una naturalidad y un sentido común que en el fútbol de élite es una especie en extinción.

El Athletic lleva 22 eliminatorias seguidas superadas a partido único en 20 años. Valverde y usted estaban en el último tropiezo, ante la Gimnástica de Torrelavega.

El Athletic rinde así por el nivel de jugadores que tiene y por el plus que da esa competición tan especial históricamente en Bilbao. Pero el cruce es a partido único, en Ipurua, donde solo hemos perdido un encuentro. No hemos jugado entre semana y ellos sí. Esos factores hacen que la diferencia no sea tan grande. Son los favoritos, es evidente, pero tenemos opciones de eliminarles.

Muniain le ha superado en partidos en el Athletic y a De Marcos le queda solo uno para igualarle. ¡Le están pasando muchos!

A diferencia de lo que pueda pensar la gente, cuando ves que te pasan muchos, es una alegría. Me están pasando compañeros que tuve. De Marcos viene ahora. Esperemos que me pasen los Williams. Es señal de que un club que quiero mucho tiene una salud muy fuerte. Muchos de esos jugadores han ido cumpliendo partidos porque el Athletic se ha acostumbrado a jugar en Europa, cosa que no era tan habitual en mis tiempos. ¿Cómo no me voy a alegrar de que me haya pasado Muni o lo vaya a hacer De Marcos, gente a la que admiro y que son amigos?

¿Le quedó alguna espina clavada en su etapa como león?

Sí. Estoy muy orgulloso de mis 15 temporadas en el Athletic y me he sentido superquerido y valorado. Incluso ahora con el paso del tiempo es increíble el cariño de la gente. Pero tengo la espina de no haber sido campeón. He sido subcampeón de Liga, Copa y Supercopa. He estado cerca, pero tampoco es fácil ser campeón. Tengo la sensación de que el Athletic está cada vez más cerca de ser campeón.

En la cantera pasaron por sus manos Nico, Vivian, Prados, Sancet... Ahora son grandes jugadores en Primera.

Me alegro por ellos. Ves partidos y hay muchos jugadores a los que he entrenado, a Simón en cadetes, Agirrezabala, Paredes, Vivian, Guruzeta, Nico, Sancet... ¡son un montón! No son así de buenos porque pasaron por mis manos, venían de serie. El hecho de haberles acompañado en ese camino te llena de orgullo. Cada vez que los veo jugar y hacer goles, te satisface haberles ayudado un poco. Son muy buenos.

Usted rechazó irse al Barça y al Everton. ¿La mejor noticia es que Sancet y Nico hayan decidido renovar?

La filosofía del Athletic tiene muchas limitaciones a nivel de mercado, pero ayuda mucho a que los jóvenes tengan ese sentimiento de pertenencia y apuesten por el Athletic. Sancet y Nico, que han renovado recientemente, son jugadores de talla mundial y me alegro de que no solo se haya apostado por ellos, sino que ellos apuesten por el Athletic. Ojalá puedan seguir rindiendo a este nivel.

Vencedor no juega tampoco en Eibar. Por cierto, se pierde esta eliminatoria por la ‘cláusula del miedo’. ¿Qué pasa con él?

Ha habido factores. Lo conocía muy bien del Bilbao Athletic, con nosotros hizo una temporada sobresaliente, se fue afianzando en el primer equipo, dejó de jugar y cuando vino a Eibar llevaba mucho sin jugar y eso le condicionó a la hora de coger el tren de la competición. En la fase media de la temporada, la pareja Sergio Álvarez-Matheus nos daba mucho equilibrio e hizo que su participación fuera menor. Pero las segundas vueltas son diferentes, se lo he dicho a los jugadores: se acumulan sanciones, los jugadores se lesionan más porque van acumulando carga y los picos de forma van variando, se puede perder el tono por los minutos jugados. Todos pueden tener su oportunidad. Quiero a todos alerta y vamos a necesitar de todos en la segunda vuelta, porque en esta categoría es muy dura.

Quería cedido a Villalibre, pero se queda en Bilbao. ¿Corre el riesgo de estancarse?

Asier siempre ha hecho goles. Coincidí en cadetes con él. Hay decisiones, apuesta, la de Ernesto es por Guruzeta, que lo está haciendo fenomenal. Cuando Asier salió al Alavés demostró cosas. Tiene nivel para rendir y está capacitado para hacer goles. Cada entrenador tenemos nuestra forma de pensar.

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