Empieza la Liga con el objetivo de consolidarse en Primera
No han pasado tres meses todavía y la emoción vivida en Zorrilla aquella noche del ascenso ante el Huesca parece ya lejana en el tiempo ante lo que se nos avecina, el ansiado retorno a la Primera División. Atrás queda un verano clásico, con la parálisis del mercado de los primeras semanas, la necesidad de buscar salida a futbolistas antes de incorporar a otros, las nuevas camisetas, la campaña de abonados, en definitiva, lo de cada año pero con la salvedad de que esta temporada la ilusión está recuperada porque el Real Valladolid vuelve a estar en primera, entre los grandes, en su sitio natural. No cabe mayor objetivo, en estos momentos, que consolidar de una vez al club en la Primera División. Hay que espantar de manera definitiva esa condición de equipo ascensor que desde hace ya unas temporadas ha adquirido el club tanto de la mano de Carlos Suárez como de la de Ronaldo. El espejo en el que mirarse es ese Real Valladolid que en las décadas a partir de 1980 y hasta 2004 jugó en Primera 23 de un total de 24 temporadas. Ese es el camino y eso es lo que espera la afición. Una afición que ha vuelto a estar a la altura con su respaldo incondicional.
Yo no tenía dudas. Las cifras que está confirmando el club estos días son espectaculares. La emoción vivida en Zorrilla en la noche del ascenso solo podía tener la continuidad en lo que desde mañana en Zorrilla vamos a volver a vivir, una ciudad volcada con su equipo de fútbol y que tiene que ser determinante para luchar por la permanencia y por hacer crecer la nave pucelana cada año un poco más. En cuanto al aspecto deportivo, está claro que el rendimiento que el equipo puede dar es un poco incógnita y que el Real Valladolid sale de inicio en ese grupo de equipos que lucharán por mantener la categoría. Lo visto el año pasado, siendo el equipo más goleador en Segunda y que con una personalidad muy clara a la hora de jugar al fútbol debe ser un indicador de que Pacheta y sus jugadores saben el camino. Pero hay que dar una gran salto de calidad. El Villarreal, el Sevilla o el Celta no son ni el Ibiza, ni el Burgos ni el Amorebieta.
Quedan dos semanas y media de mercado y faltan cosas. Faltan fichajes y faltan salidas. Falta un central. Hay calidad con lo que se tiene. La pretemporada de Javi Sánchez es ilusionante, pero afrontarla con tres hombres nada más sería un riesgo enorme. Y faltaría un delantero más y el extremo izquierdo que busca Pacheta. Además de Malsa, pienso que llegarán tres jugadores más que redondearán la plantilla. Creo que el plantel que quedará configurado no será inferior a Cádiz, Girona, Elche, Rayo, Mallorca, Almería y alguno más que a lo largo de la temporada acabará rindiendo por debajo de sus posibilidades y metiéndose en el lío. Y mañana el Villarreal, un rival de postín pero que tendrá que hacer muy bien las cosas para ganar en Zorrilla. Será un sábado para la ilusión y para comenzar a comprobar lo que este Valladolid puede dar. Un Valladolid con calidad en medio campo para tratar de pelear la posesión a muchos equipos de esta Primera División y que tendrá que rendir al cien por cien desde la Primera jornada. Una afición que se encomienda a Pacheta como líder espiritual capaz de motivar al más cenizo. El de Salas lo demostró el año pasado. Querer es poder. Y queriendo todos juntos será más fácil conseguir el gran objetivo. A disfrutarlo.