ATLÉTICO

El sueño (cumplido) de Lucas

La bonita historia de cómo José María Giménez cambió la camiseta con la que jugó el partido de la Real Sociedad por un dibujo de un niño de Medina del Campo.

El pequeño Lucas con su hermano Martín, y la camiseta de Giménez, al término del Atlético-Real Sociedad.
Patricia Cazón
Patricia Cazón Trapote nació en Zotes del Páramo, León, en 1980. Licenciada en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca y Master de El País trabajó en El Diario de León y El País Semanal antes de llegar a AS en 2004. Cronista del Atlético desde 2016, es autora de cuatro libros y tertuliana en El Golazo de Gol y Estudio Estadio.
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Ese niño de la foto cuya sonrisa es un palmo literal se llama Lucas, es de Medina del Campo (Valladolid), tiene cinco años y el sábado cumplió un sueño. Un sueño tan grande que, desde entonces, no se quita esa camiseta que porta. La de José María Giménez. A cambio, el futbolista del Atleti se llevó un dibujo que al final del partido que el equipo rojiblanco jugó en el Metropolitano ante la Real Sociedad ondeaba como una bandera. Después de haber sido como un rey mago charrúa en un mayo de fríos.

El sueño (cumplido) de Lucas

Un dibujo que gritaba su nombre en negrita y mayúsculas y pulso infantil, junto al escudo del Atleti, su figura representada y un escueto “soy Lucas”. Ese dibujo que estaba en las manos del pequeño medinense en la calentamiento de los equipos, antes del partido. En casa, antes de coger el autobús con la peña para ir al Metropolitano (son los hijos del presidente de la peña rojiblanca de Medina del Campo,), ya había habido discusión. El mayor, Martín, quería llevarle una pancarta a Giuliano. Pero Lucas se empeñó en lo suyo. Lo quería para Josema, Josema y Josema. “Le gusta mucho desde hace tiempo. Tanto que, incluso, por casa va cantando: ‘Josema Giménez eee ooooo‘... ¡Todo el día!“, comenta su progenitor, Félix. ”En el calentamiento le saludó dos veces", continúa su padre. Fue ahí cuando Josema se fijó en su dibujo. Y eso que había muchas pancartas dedicadas al futbolista uruguayo este día en el campo. “Pero no sé por qué, Josema se fijó en la de Lucas”, musita su padre.

Hasta ahí, normal. Ya bonito. Un saludo del ídolo, qué vuelta a casa dándole vueltas, recordándolo con una sonrisa. Ahora empieza el sueño. Porque cuando acabó el partido, Josema se acercó al fondo sur, donde Martín y Lucas habían ido este partido porque era el Día del Niño del club y querían vivirlo desde allí para animar, y se detuvo ante ellos con esas palabras que sonaron a Navidad: “Os doy la camiseta, pero a cambio me tenéis que dar el dibujo”. Y hubo trato, claro. Trueque. Y un niño que lleva durmiendo tres días con una camiseta rojiblanca que no es de pijama. El club lo contaba en sus redes, con un reel en el que Josema portaba y enseñaba el dibujo, emocionado. Mientras, en una casa en Medina del Campo hay discusión.

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“Es que ahora hay tres votos contra uno para poner la camiseta en el salón”. Los tres a favor son del padre y los hijos. En el salón de la casa recién reformada, a estrenar. El rojiblanco por bandera, la más grande, como Josema se llevaba su dibujo del Metropolitano. El de ese niño que recorre esa casa clamando aún más fuerte eso de: "Josema Giménez eee ooooo“. El grito de guerra... de este maravilloso sueño cumplido.

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