El resurgir de Mada
Desde su debut en Santander, el canterano ha sido un fijo para San José. Mantiene e incluso supera el nivel mostrado antes de su segunda operación de rodilla.
Como si la operación nunca se hubiera efectuado. Ander Madariaga ha vuelto a un nivel de máximos tras una grave lesión de rodilla que le ha tenido apartado hasta nueve meses de la competición. Era la segunda ocasión en la que el canterano pasaba por el quirófano, pero, atendiendo a su desempeño sobre el verde, nadie lo imaginaría. Unos buenos minutos ante la Cultural le abrieron las puertas del ‘XI’ en las últimas dos jornadas y su impacto ha sido decisivo. Mayormente en la última prueba disputada en Ipurua, donde pudo ver portería casi un año después.
La temporada navideña es una de sus épocas predilectas del curso. El ejercicio anterior, por estas mismas fechas, Joseba Etxeberria dio alas a un jugador que acumuló hasta ocho titularidades en apenas dos meses. Tramo que bien le valió para estrenar y engrosar sus cifras en la categoría con un total de tres dianas. Sin embargo, en febrero su rendimiento menguó (al nivel del equipo) y el ‘Gallo’ fue cesado a mediados del mismo mes.
Con el aterrizaje de Beñat San José, la situación de Mada parecía que podía tener un giro de guion y vaya que sí lo tuvo. Aunque de la forma menos esperada posible. En la segunda de las dos jornadas en las que el bizkaitarra inició desde el banquillo, su rodilla dijo basta en el Cartagonova a los 9’ de ingresar al verde. Por lo que el donostiarra apenas pudo contar dos semanas con sus prestaciones.
Así las cosas, la confianza del técnico azulgrana en el ‘16’ era prácticamente un misterio. Poco más de media hora repartida en dos duelos diferentes en los que su ubicación había rondado el doble pivote, como en sus orígenes. Pero Beñat le ha tenido un nuevo rol guardado. En un especie de falso extremo diestro, el de Berango es el encargado de generar superioridad por carriles interiores en fase ofensiva. Siempre acompañado de otro mediapunta que le pueda nutrir y con la clara consigna de ser vertical.
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Ante el Real Valladolid, los mejores minutos de los armeros pasaron en cuanto la pareja de mediapuntas formada por Guruzeta (suplido por Magunazelaia en la última media hora) y Mada se permitían tanto robar alto como recibir cerca del área contraria. De hecho, esa fue la manera en la que el canterano se desató con un gol de bandera. Tiene llegada, definición y potencia a raudales para probar la portería y está siendo una de las armas más poderosas del Eibar en ataque. El mejor regalo posible en épocas de sequedad y un talento imparable, que ni las graves lesiones de rodilla han truncado su ambición.
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