El regreso de Borja Iglesias genera debate
Una parte de la afición celeste no aprueba la vuelta del delantero santiagués. Se marchó en 2018 al Espanyol y desde entonces recibió algunos pitos en Balaídos.
La noticia adelantada ayer por AS sobre el posible regreso de Borja Iglesias al Celta revolucionó las redes sociales, donde el celtismo se divide entre los que están a favor de su vuelta y los que no le perdonan su salida en 2018 y algunos comentarios sobre esa marcha. El foco principal apunta a un ‘me gusta’ que el Panda dio en Twitter (ahora X) a un tuit que insultaba a la afición celeste después de pitarle en su primer partido en Balaídos con el Espanyol.
Aquella tarde el estadio vigués dedicó una sonora pitada a Borja Iglesias por marcharse del Celta ese mismo verano de 2018. Cabe recordar que el delantero celeste no llegó a un acuerdo de renovación con la entidad olívica y que el Espanyol pagó la cláusula de rescisión que ascendía a 10 millones de euros. Un año más tarde el jugador reconocería que aquella oferta “era ridícula comparada con el mercado actual. Después intentaron mejorar las condiciones pero mi decisión ya no estaba tomada únicamente por lo económico”, declaró al programa Ao Contraataque de Radio Galega.
Entre la afición celeste tampoco gustaron unas declaraciones realizadas en plena pandemia, en mayo de 2020, cuando dijo que “salir del Celta fue la mejor decisión de mi carrera”. El delantero santiagués participó en una jornada telemática organizada por la Federación Gallega de Fútbol en las que aseguró que dejar Vigo “ha marcado el resto de mi carrera. En ese momento estaba muy enfadado por la situación y ahora, muy agradecido porque mi vida ha cambiado”.
En el lado opuesto se encuentran los agradecidos con Borja Iglesias, aquellos que valoran al máximo goleador histórico del filial cada vez que muestra su cariño por el conjunto celeste. Su último año en el filial celeste fue inolvidable, allí nació el Panda Team y luego él se apropio de ese mote. En aquel equipo estaban jugadores como Brais Méndez, Iván Villar o Kevin Vázquez, un grupo muy cohesionado que acabó la liga regular con 84 puntos, a dos del campeón, y después fue eliminado en el playoff por el Valencia Mestalla de Rafa Mir. El propio Borja Iglesias reconocía hace unos meses en AS que aquel año fue muy especial: “Era un grupo muy sano, con el objetivo de competir, pero sobre todo de disfrutar del día a día sin ponerse límites. Nos divertíamos mucho en el día a día”.
Balaídos también ha tomado la palabra cada vez que Borja Iglesias regresaba a Vigo. Si bien hubo muchos silbidos el primer año con el Espanyol, el termómetro fue bajando con el paso de los años cuando regresaba ya con la camiseta del Betis. De hecho, en su último partido de visitante en Balaídos, en enero de este año, apenas hubo silbidos ni siquiera cuando fue sustituido en la segunda parte. La división que se percibe en las redes sociales no se traslada a las gradas de Balaídos.
Sea como fuere, en el Celta no toman en cuenta este debate acerca de la figura de Borja Iglesias e intentarán su fichaje. Tal y como adelantó ayer AS, el club vigués está en negociaciones con el Betis para tratar el fichaje del delantero santiagués, que se gestiona junto a la posible marcha de Manu Sánchez a Heliópolis. El gran escollo para el retorno del máximo goleador histórico del filial es su elevado salario.
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