El bloqueo de Xavi
El técnico apenas reaccionó al descanso con el 3-1 en contra. Dio algunas consignas, espoleó a los suyos, pero no abroncó a nadie ni fue especialmente duro.
Xavi Hernández pidió “perdón” a la afición nada más acabar el partido. Y no sólo por la derrota, sino sobre todo por la imagen de su equipo, que se vio superado de principio a fin por un Real Madrid pletórico. Al técnico blaugrana se le vio abatido, hundido y prácticamente superado por las circunstancias. Por mucho que sus palabras en rueda de prensa abrieran una puerta a la esperanza, “el Barcelona volverá seguro; si lo hemos hecho una vez, lo podemos volver a hacer”, la realidad es que su discurso sonaba a hueco y sin convicción, tirando más de un manual de autoayuda que otra cosa.
El problema es que dentro del vestuario tampoco hubo una reacción enérgica, según ha podido saber AS. Tras una primera parte muy irregular y marchando del campo con un 3-1 en contra, los jugadores esperaban una versión muy similar a la de Xavi en Almería: dando golpetazos a todo lo que se le ponía en frente, gritando a los cuatro vientos, señalando sin tapujos y, literalmente, rasgándose las vestiduras. Sin embargo, y pese a la mala primera parte, la plantilla se encontró un Xavi con pocas ganas de hablar, ofreciendo las consignas justas, espoleando a los suyos y pidiendo un poco más de compromiso. Pero ni gritos, ni broncas, ni ensañamiento, ni nada de nada. “Parecía que se le había acabado la cuerda”, señaló uno de los testigos.
Y lo cierto es que la cosa fue de mal en peor en la segunda parte, donde el equipo fue una marioneta en manos del Real Madrid. Ni reacción, ni ambición, ni ganas, ni orgullo, ni compromiso, ni nada de nada. El enfado en el palco era monumental, con Joan Laporta presenciando en directo la humillación, y con Xavi absolutamente desconcertado en el banquillo.
Xavi pidió “un reset” a la plantilla para empezar de cero. El martes será un día importante para el proyecto del técnico egarense, ya que hay prevista una cumbre con la plantilla para analizar la derrota. Será la hora de afilar los cuchillos y marcar territorio, si no lo hace, la temporada se podrá dar por perdida. En la zona noble están tomando buena nota de todos los pasos que está dando Xavi. Por ahora, sigue convencido que es capaz de revertir la situación y sacar al equipo del bache. Sin embargo, muchos en el club consideran que se le están acabando los argumentos. El partido de Copa de este jueves ante Unionistas y sobre todo el de Betis en LaLiga podrían acabar de dictar sentencia.
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