El beticismo se frota las manos con el sainete de Nervión
La circense imagen que se desprendió de la Junta del Sevilla hace que el eterno rival huela la sangre de cara al partido de este domingo.

El beticismo está feliz. Y es lógico, puesto que le sobran los motivos propios y ajenos. Dependiendo de sí mismo para alcanzar el quinto puesto que puede permitir jugar la Liga de Campeones, siendo uno de los favoritos en la Conference, con un Isco estelar, con Manuel Pellegrini con su batuta más que afinada... y con el eterno rival en horas bajas en lo deportivo y en ruinas en lo económico y lo social.
La Junta de la vergüenza que se vivió el jueves en el hotel Los Lebreros sirvió para el sonrojo de los sevillistas de bien, puesto que los otros estaban aferrándose a sus sillones y/o dando gritos como energúmenos hasta a los periodistas que cubrían aquel circo y que tenían muchas otras cosas mejores que hacer. Y por supuesto, la Junta también sirvió para el cachondeo bético. Cachondeo justo y merecido, que hace que la parroquia verdiblanca huela la sangre y se frote las manos de cara al domingo.
Después la pelota rodará y en el fútbol cosas más raras se han visto, pero todo parece preparado para la gran venganza bética. En lo deportivo y en lo social, puesto que las Juntas del Sevilla recuerdan a las del Betis de hace más de una década, con insultos, acusaciones de votos por parte de fallecidos, amenazas a la Prensa...
Las alegrías propias lo son más aún en el mundo del fútbol si vienen aparejadas de la desgracia del vecino. Y el bético puede darle al amigo sevillista un rejón monumental de ganar el derbi. Porque el Betis carbura y el Sevilla se desangra.
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