El Barça, en ‘Defcon1′
La última lesión de Pedri, que estará un mes y medio de baja, ha provocado un auténtico terremoto dentro del club. Ahora mismo, nadie está a salvo de ser señalado.

La lesión de Pedri no va a caer en saco roto dentro del club. Hasta ahora, las lesiones que habían sacudido el vestuario se consideraban normales dentro de una temporada tan apretada. Es verdad que la pubalgia de Lamine Yamal sigue dando más de un quebradero de cabeza, así como también la gravedad de la lesión de Gavi, que siguió al principio un tratamiento conservador, del todo infructuoso, y acabó pasando por el quirófano, con la desagradable sorpresa que una lesión del menisco de cinco semanas empeoró a cinco meses.
Sin embargo, la lesión de Pedri ha cambiado totalmente el paradigma. El internacional canario, que estará un mínimo de seis semanas de baja por culpa de una rotura en el bíceps femoral de la pierna izquierda, ha dejado a todo el mundo traspuesto y consternado.
El enfado en el seno del club es monumental y la exigencia para erradicar esta sangría una prioridad absoluta. Dos personas se encuentran ahora mismo en el ojo del huracán: Julio Tous, el máximo responsable de la preparación física, y Raúl Martínez, el encargado del área de fisioterapia. Ambos aterrizaron prácticamente con Hansi Flick, si bien ya habían estado colaborando externamente en la época de Xavi Hernández. El club apostó por estos dos reconocidos profesionales con el convencimiento que se iba a mejorar tanto en el estado físico de los jugadores como en la prevención de las lesiones.
En la primera temporada, el equipo mejoró en todos los sentidos, sobre todo a nivel físico, con el equipo enchufado a las órdenes de Flick. En las lesiones no hubo una mejoría tan sustancial -Tous había prometido reducir un 50% las incidencias musculares respecto al año anterior-, ya que se acabó ocupando el número uno en el ranking de equipos de LaLiga, con 20 lesionados, por 18 del Real Madrid. En todo caso, también hay que tener en cuenta que el equipo blaugrana fue el que más partidos sumó en el curso, junto a los blancos, al llegar a las semifinales de la Champions y a la final de la Copa.
Sin embargo, esta temporada se ha empeorado sustancialmente en todos los registros. Tanto a nivel físico como de lesiones. En todo caso, el club iba ‘trampeando’ como podía hasta ahora, poniendo el foco en las selecciones, con Lamine como máximo exponente.
Pero la lesión de Pedri ha encendido definitivamente todas las alarmas. El canario era uno de los jugadores que más mejoró desde que llegaron Tous y Martínez, hasta el punto de salir indemne de todas las lesiones. Desde el club se llegó a explicar que los nuevos métodos de prevención de lesiones implantado por Tous, con el trabajo con correas y no con pesas, habían revertido la dinámica negativa, que había dejado cada curso al centrocampista fuera de los terrenos de juego entre dos a tres meses.
Este éxito mayúsculo encumbró a los altares a la figura de Tous, convertido en uno de los adalides del éxito de la etapa de Flick. También Raúl Martínez supo subirse a la ola, aprovechando su ascendencia con varios jugadores, sobre todo los internacionales españoles, y el tirón de un equipo que iba como un tiro.
Pero en la segunda temporada, el giro ha sido radical. El equipo ha sufrido un bajón más que preocupante en su estado físico y las lesiones han asolado sin tregua el vestuario. Desde el club se observa esta situación con gran preocupación, recurriendo a un eufemismo, consciente que se ha de frenar esta dinámica negativa como sea.
Nadie quiere recordar el último año de Xavi, donde el equipo se cayó a todos los niveles, pero no hay duda que están apareciendo los primeros ‘inputs’ que invitan a la reflexión. De hecho, Tous y Martínez vivieron los últimos meses de Xavi en el banquillo. El primero iba a ser el responsable de fuerza bajo la supervisión de Iván Torres, si el técnico egarense hubiera seguido, mientras que el segundo iba a tener un papel más relevante junto a Carlos Nogueira, ya que a Xavi no le gustaba que estuviera sólo un día a la semana.
También el máximo responsable médico del primer equipo, Ricard Pruna, tiene motivos para estar desbordado: la enfermería no hace más que aumentar, con casos tan preocupantes como Raphinha, que recayó cuando estaba a punto de recibir el alta.
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Si estuviéramos dentro de la Sala de Estrategia del Pentágono, habríamos pasado de la noche al día de ‘Defcon3′ -situación de alerta, pero con riesgo controlado- a ‘Defcon1′ -máxima alerta y riesgo real de confrontación-.
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