El Almería se sube al tren del ascenso directo
La victoria ante el Levante permite al equipo de Rubi seguir agarrado a la arit-mética, para tratar de no extender la temporada más allá de la jornada 42.
Lanzar una moneda al aire es optar a ‘cara o cruz’, pero el choque del sábado ante el Levante requería de una tercera alter-nativa. Tenía que salir de ‘canto’, y ahí quedó. La derrota hubiera supuesto un adiós a cualquiera de las dos primeras plazas de lucha por el salto directo de ca-tegoría; un empate, aumentar el grado de impotencia y decepción en plantilla y afi-ción; mientras que el triunfo plantearía un escenario aritmético difícil y, sin em-bargo, posible. El elemento clave para propiciar la anomalía geométrica tenía que ver con el rival, el líder, el equipo que llegaba con cinco victorias consecutivas. Y ocurrió.
La obligación ha venido persiguiendo al conjunto rojiblanco desde el comienzo del campeonato, y la situación actual ha generado mucha incertidumbre sobre el camino a seguir hasta el final. Con un discurso recurrente de la vía directa, las declaraciones de Luis Suárez abriendo las puertas psicológicas a una hipotética disputa de la promoción, fueron acogi-das con bastante ‘agrado’ por los segui-dores rojiblancos. Se entendieron como coherentes con respecto a la situación real, y permitía destensar un poco la cuerda para las finales que venían por delante.
Y la monedita que cayó de canto, ha ser-vido para que el viaje continúe. El tren del ascenso no se detiene desde que inicia su andadura en la jornada 1, y durante su trayecto, los equipos pasan por muchos compartimentos distintos. En el caso del Almería, tuvo que subirse a los últimos vagones casi apurado por el jefe de esta-ción, y fue paulatinamente añadiendo ‘extras’ a su ticket básico, para terminar en primera clase. Por momentos se sintió, no solo conductor de la locomotora, sino también propietario por derecho de todo el convoy, e incluso de la infraes-tructura. Sin embargo, el traqueteo le fue retirando privilegios hasta la estación actual.
El Almería ha tenido demasiados altibajos y falta de continuidad durante el cur-so, con un elemento preocupante que el sábado fue modificado. En 32 jornadas disputadas, y con 9 enfrentamientos con rivales actualmente directos en la lucha por ascender, el cuadro de Rubi había lo-grado únicamente dos triunfos ante El-che y Mirandés, cinco empates contra Racing, Elche, Huesca (2) y Oviedo, y dos derrotas ante Oviedo y Levante. Ganar a un rival directo era un elemento corrector necesario que se consiguió gracias al gol de Luis Javier Suárez.
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Y es que, aunque el triunfo ante el Zaragoza de hace quince días y el de ayer ante el Levante tienen el mismo valor numérico, la realidad es que hay una considerable diferencia emocional. El Almería tuvo la intensidad y el nivel com-petitivo apropiado para una cita de alto nivel y con esa batería cargada, ahora tiene la misión más difícil de todas, darle continuidad en la visita a Granada de la jornada 34. Para que el tren rojiblanco no descarrile, el equipo tiene que sumar de 3 en Los Cármenes antes de afrontar un bloque de partidos frente a rivales angus-tiados por perder la categoría profesio-nal.
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