Eder Sarabia: “Me veo llegando a Primera con el Andorra”
El entrenador contagia su optimismo y pasión por el fútbol. Charla con AS y defiende que todos los modelos son válidos y lanza un mensaje: “Aquí nadie se pone techo”.
Eder Sarabia (Bilbao, 27-11-1980) es un entrenador feliz. Hizo historia con el Andorra la temporada pasada con el ascenso a Segunda y este curso se está colocando aún más bajo el foco. El 2022 fue para enmarcar y este año quiere más. Su equipo, que practica un juego vistoso y efectivo, está en la lucha por dar caza a los puestos de playoff. En un futuro no muy lejano, el objetivo es llegar a Primera División. Así lo constata Eder en una charla con AS repleta optimismo y ambición. Tiene contrato hasta 2025 en el Andorra y su techo es de cristal.
El 2022 a nivel personal y colectivo, para el Andorra, fue excelente. ¿Cómo se afronta 2023?
Con naturalidad y tranquilidad. Intento estar muy al margen del propio resultado y las clasificaciones, que sea todo mérito del juego. Que la manera en que hacemos las cosas sean las que nos lleven a los objetivos. El año pasado fue por consolidar la idea de juego y al final se dio el ascenso. Esta temporada se ha seguido por el camino y estamos dando qué hablar. Así que en 2023, desde la tranquilidad, es fundamental tener las ideas muy claras y poner el foco en la mejora y en seguir creciendo.
Este curso, son un recién ascendido y miran más hacia el playoff que hacia el descenso. ¿Qué le dice esto?
Que somos un equipo con una convicción increíble. Somos el equipo con menos presupuesto, pero estamos confirmando lo del año pasado: que hay muy buen equipo. Tenemos la pelota y somos dominadores. El que más confiaba era yo y somos un equipo reconocible y que genera respeto. Jugamos muy diferente a la mayoría de equipos de la categoría y nuestros partidos son de tener un control muy grande, los rivales lo saben y se aplican mucho a ello.
¿Qué es lo que más contento le está dejando esta temporada?
Fácil: estaremos más o menos acertados, pero jugamos a lo que queremos. Lo importante es que en el Andorra nadie se pone techo. A principio de temporada marcamos que este es un año para consolidarnos, mantener la categoría, porque el crecimiento del club también depende de esto. Somos un club que está creando todo y descender sería un golpe. Por ejemplo, hace ocho meses no teníamos oficinas y había seis personas trabajando... y ahora hay mucha más de todo. Estamos en ese proceso de crecimiento y mejora, siempre con los pies en el suelo. No nos ponemos límites porque hemos demostrado que no somos peores que nadie.
Usted siempre ha defendido la posesión y su Andorra la ha dominado en todos los partidos...
Es que creo que los equipos deberían tender a eso, a dominar el balón y a crear cosas siempre.
¿Le gusta el ‘otro’ fútbol?
También. Todo es fútbol y hay una cosa muy importante que es que cada uno juega como le da la gana, como siente, como mejor puede transmitir su idea a sus jugadores. Por ejemplo, el año pasado puse videos a los jugadores de las contras del Borussia Mönchengladbach porque quiero salir como hacían ellos. Y también del Atlético de Simeone, me deja flipado, y del Burgos porque muchas veces me gustaría defender el área así. Pero es que cogería un poco de todos, como la verticalidad del Granada, la presión del Eibar... Hay mil maneras diferentes de jugar y bien hecho es muy bonito.
“Cada uno juega como le da la gana; hay mil maneras de jugar y bien hecho es muy bonito”
¿Cree que su Andorra es un equipo de autor?
Yo entiendo la figura del entrenador como una figura determinante, fuerte y muy respaldada porque tú cuando eliges a un entrenador has de haberle visto entrenar, cómo se comporta, cómo lleva el grupo... y la consecuencia de todo esto es lo que pasa el domingo en el partido. Aunque hoy en día, en el fútbol, no hay mucho tiempo y cuando pierdes cuatro partidos estás fuera. No creo que sea lo más conveniente. Pero hablando de fútbol es que yo me metí en esto para ser feliz. El fútbol es un espectáculo y cuando eres pequeño, lo que nos gusta a todos, es atacar, tener la pelota, jugar con pureza y no perder tiempo. Así que lo que trato de transmitir a mis jugadores es eso, sin más.
Se le ve un técnico cercano. ¿Lo es con los jugadores?
Tengo muy buena relación con todos, aquí hablamos de todo. Tenemos una hora a la semana, que la llamamos reuniones de cultura, en la que hablamos con los jugadores de cómo están, si son felices, cómo enfocamos las cosas... porque antes que futbolistas somos personas. Creemos mucho en este tipo de cosas y tratamos de tener una relación excelente, crear una familia, donde nos apoyamos y nos decimos las cosas con naturalidad, a la cara. Parece que en el mundo del fútbol cuando estás arriba has de ponerte una coraza y no. Por suerte he estado en sitios muy grandes y tengo claro que hay que disfrutar de esto. Estar al margen del resultado porque si no, no vives. Centrarte en lo que puedes controlar.
“He estado en sitios muy grandes y tengo claro que hay que disfrutar de esto. Estar al margen del resultado porque si no, no vives”.
En Andorra es muy querido y lo está logrando...
Sí, y es lo que me hace más feliz. Somos un club especial que estamos haciendo todo muy a nuestra manera, que disfrutamos. Somos poca gente y lo que hacemos es nuestro y disfrutamos, vamos todos al mismo ritmo y hacia la misma dirección. Hemos de ser ejemplares en todo, ser humildes y respetuosos. Al final y al cabo, normales.
¿Decirle a un jugador o técnico de primer nivel que es ‘normal’ es de los mejores piropos que se pueden dar?
Es que lo somos. Me acuerdo mucho de cuando estábamos con Setién en el Betis y la gente de allí, al tiempo de conocernos, nos decían justo eso que éramos normales. Y aquí igual en el Andorra igual. En el mundo del fútbol es importante ser una familia porque después se nota en el campo. Por eso me siento feliz, este es mi lugar y donde quiero crecer.
¿Se ve en Primera con el Andorra?
Seguro (ríe). Soy muy optimista, siempre he creído mucho en mi trabajo. También me lo he currado mucho. Es cierto que he tenido la suerte de tener contactos que me han abierto puertas y me han dado posibilidades, pero después hay que demostrar y ganar. Quique Setién, por ejemplo, no me dice a mí de ir a Primera y me da protagonismo así por así. Todo hay que ganárselo, trabajarlo. Y sí, soy muy optimista con todo porque me ayuda mucho a transmitir las cosas a los jugadores. Confío en mí, en lo que me rodea y me veo llegando a Primera con el Andorra. Me encantaría. No tengo ninguna prisa, he de disfrutar del camino. Sueño con ese momento, pero este sábado viene el Oviedo, poco a poco. Hay que ganárselo.
“He tenido la suerte de tener contactos que me han abierto puertas, pero después hay que demostrar y ganar”.
¿Cómo afronta el mercado de invierno?
Como con todo, con tranquilidad. No nos hace falta mucho. Tengo claro que no quiero a los mejores y sí a los más adecuados. Porque, mire, el delantero que necesita el Burgos es diferente al nuestro, por ejemplo. Nosotros se trata de saber qué queremos, elegir bien y entender qué es lo más adecuado. Nosotros vamos a mantener el bloque y a fichar a un lateral izquierdo por la lesión de Martí Vilà. Pero nuestro mercado principal es que los jugadores que hasta ahora hayan dado un 7 lleguen al 7′5. Cuando hago una plantilla creo en todos. Juegan todos y va a seguir siendo así. Creo mucho en la competencia interna y por suerte los números me van dando la razón. Yo no tengo jugadores de relleno en las plantillas y el que está es porque puede ser capaz de jugar el domingo. Estoy muy tranquilo.
¿Jugadores que le dijeron ‘no’ a venir en verano ahora le están llamando?
(Ríe) Alguno hay. No, al principio de temporada es normal que haya dudas porque somos un recién ascendido, pero ahora se ve cómo jugamos y que somos eficaces. Andorra es atractivo y es muy bueno para el futuro.
Ahora Piqué, sin ser futbolista en activo, tiene más tiempo libre. ¿Está muy encima?
Gerard, siempre lo he dicho, es buenísimo. Me acuerdo que, un día, conversando con Luis Enrique me dijo que es una persona que no te va fallar, un gran profesional y te va a ayudar en todo lo que pueda. Ya lo vi en el Barça. Hicimos una muy buena relación y ahora está muy encima, nos sigue, pero nos deja también mucha libertad porque ve que al final todo lo que hacemos le gusta, está de acuerdo y da resultados. Disfruta mucho del equipo y su implicación es muy buena para todos.