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FRANCIA

Dos ‘magos’ españoles contra el imperio del PSG

Pablo Longoria y Javier Ribalta han realizado un mercado de fichajes extraordinario que ha devuelto la ilusión al conjunto marsellés en las últimas semanas.

Pablo Longoria y Javier Ribalta, presidente y director deportivo del Olympique de Marsella, en el palco del estadio Velodrome.
Alexandre DimouGetty

Diseñar un equipo en tiempo récord está al alcance de muy pocos, más si cabe si tu entrenador dimite justo antes de comenzar la pretemporada. El verano del Olympique de Marsella parecía un terremoto sin fin a principios del mes de julio. Sampaoli dimitió contra todo pronóstico y el club se encontraba en una encrucijada que requería un tiempo de acción mínimo para devolver las cosas a su lugar. Fue entonces cuando el dúo Longoria-Ribalta se puso manos a la obra en tiempo récord, a tal punto de haber prácticamente cerrado una plantilla competitiva a comienzos de agosto.

Si algo ha caracterizado a Pablo Longoria desde su llegada a Marsella, es a actuar y ejecutar con una picardía y una inteligencia impropia de un dirigente de su edad (35 años). Comenzó como director deportivo en el OM, pero una crisis sin precedentes, similar a la vivida en julio, le colocaron en marzo de 2021 como uno de los presidentes más jóvenes de la historia del fútbol. Con tan solo 34 años, Longoria no solo devolvió la estabilidad al OM, sino que, con Sampaoli, el público recuperó la ilusión. Fue un efecto idéntico al de Bielsa en 2014, con la diferencia de que, esta vez, el equipo sí se clasificó para la Champions League.

Erigido como un maestro en las negociaciones y en las finanzas, Longoria se sacó de la manga hace un año incorporaciones como las de Guendouzi, Saliba (cedido por el Arsenal), Ünder, Gerson o Pau López, jugadores que dieron un rendimiento inmediato y que fueron decisivos para conseguir la ansiada clasificación para la Champions League. Longoria, que ya es una persona muy querida en la ciudad, ha conseguido estabilizar un equipo que vive de la pasión y no de la razón.

Aunque no hubo una presentación formal, Longoria decidió reforzarse en verano con Javier Ribalta, un catalán de 41 años con una amplia experiencia en el mundo del fútbol. Jefe de ojeadores de la Juventus durante cuatro temporadas, así como del Manchester United en la 2017-2018, Ribalta tuvo también un paso por Rusia, concretamente en el Zenit, en el cual destacó por fichar, entre otros muchos jugadores, a Leandro Paredes, al que vendió por 47 millones de euros al PSG en una cifra récord para los rusos.

Con Ribalta y Longoria, el Olympique de Marsella ha realizado un verano extraordinario a pesar del poco margen de maniobra económico que tenía el club y, sobre todo, a pesar de la dimisión de Sampaoli. En apenas dos días, el binomio español ya tenía sustituto: Igor Tudor, un entrenador pasional que, aunque no gozaba de una amplia experiencia en los banquillos, poseía una idea de juego atractiva, ofensiva y que, sobre todo, se adaptaba a una plantilla confeccionada un año antes por Jorge Sampaoli.

En cuanto al mercado de fichajes, los refuerzos no hacen más que legitimar todavía más el trabajo de ambos: para los carriles, Ribalta y Longoria ficharon a Clauss y Tavares, dos jugadores explosivos y con hambre de victoria. En defensa, aunque volvió de cesión Saliba, el club incorporó a Gigot, del Spartak, Mbemba, del Oporto y el potentísimo Isaak Touré, un central de 2,06 metros de altura que fue la revelación la temporada pasada en la Ligue 2. El internacional francés, Jordan Veretout, fue el elegido para suplir a Kamará, que salió libre al Aston Villa y, sin duda, la joya de la corona fue Alexis Sánchez, que fue presentado esta semana y su fichaje desató la locura en Marsella. También ha llegado el colombiano Luis Suárez, del Granada, que en su debut ante el Reims anotó dos goles y se ganó la confianza del Velodrome en tiempo récord.

Un club saneado sin dependencia externa

Longoria, refrendado por Ribalta, siempre ha manifestado que su objetivo en el Marsella es tener un equipo con poca dependencia de su dueño, Franck McCourt. Aunque el americano ha conseguido un paso importante tras haber recibido luz verde de la DNCG, el organismo de control financiero de los clubes franceses, el presidente del Olympique de Marsella ha sacado adelante dos mercados consecutivos con el agua al cuello y siempre con la idea de que, cuanto menos dinero tenga que inyectar McCourt, mejor. Para poner en contexto, Longoria intenta que su Marsella no sea ‘un PSG’, que cada año ejecuta ampliaciones de capitales de QSI para mitigar las desorbitadas pérdidas que tiene (a pesar de haber cosechado ingresos récord de 700 millones de euros durante el último ejercicio).

El dúo Ribalta-Longoria ha conseguido paliar una crisis extraordinaria en Marsella y no solo eso, sino que los aficionados tras el 4-1 ante el Stade Reims quieren soñar a lo grande. Lejos queda ya la dimisión de Sampaoli, que puso patas arriba las oficinas del club, y lejos, muy lejos, quedan ya los graves incidentes de la Comanderie en marzo de 2021 justo después de la dimisión de André Villas-Boas. Marsella tiene motivos para soñar y dos españoles han contribuido enormemente para ello.