De provocar que pasen cosas a asumir que nos sometan
Me lo señaló el sábado por la noche Jorge del Castillo, uno de los excelentes periodistas de (todavía) Radiofútbol. José Alberto llegó proponiendo un equipo valiente que iba a provocar que pasaran cosas y ahora nos avisa de que hay que asumir que haya momentos que nos sometan. Bueno es mentalizarse, desde luego. Más allá de que los números sean muy buenos, cuatro victorias, tres empates y dos derrotas, el séptimo mejor balance de los 22 equipos de Segunda, con el ovetense en el banquillo, lo cierto es que ya son muchos partidos en los que el fútbol del equipo se parece más en el estilo (aunque marcando el doble de goles y sacando el doble de puntos) al que ponía en juego Romo, plomizo, reservón, sin goles y con pocas victorias, jugándoselo todo a una sola bala, aunque en la sala de prensa contaba otra película, adornada con circunloquios que sonaban muy bonitos, que al discurso a lo Braveheart que nos creímos todos antes y después de Cartagena. Pero ganan. Y emocionan, claro, que sufriendo para que no te empaten también estás con el corazón en un puño. Gato blanco o gato negro, de momento caza ratones. Muchos. Bastantes.
Los ingenieros son los más currantes
Sin criticar la capacidad de trabajo los técnicos de cuello blanco, lo que todos tenemos asumido en el imaginario popular es que los currantes, los que de verdad se ganan el pan con el sudor de su frente son los del buzo azul. En el Racing, sin embargo, el mono de trabajo, el casco, las botas de seguridad y toda la pesca lo llevan dos ingenieros. Un ingeniero químico y un ingeniero informático. Íñigo Saínz-Maza y Aritz Aldasoro. Más allá del debate, perfectamente lícito y muy futbolero, de que cuesta entender que dejes en el banquillo a Juergen Elitim y luego eches de menos tener más posesión de balón, es emocionante ver la capacidad de trabajo y el campo que abarcan en cada partido el de Ampuero (muy cerca ya en los dos últimos partidos de su gran nivel de la primera parte de la temporada) y el de Beasain. Te cansas solo de verles. Es verdad que hay veces, muchas veces, que les sobra conducción y les falta finura cuando se acercan al área rival, pero el volumen de trabajo que hacen para el equipo es formidable. Estajanovista. Entiendo que José Alberto no vea la manera de cargarse a uno de los dos. La roja de Íñigo le ahorra la disyuntiva para el próximo domingo en Málaga.