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MÁLAGA

De Pellegrini a Guede: el valor de medir la paciencia

En 2010-11 el Málaga estaba en descenso y Pellegrini casi sentenciado. Acabó en la Champions. Guede pide paciencia para que cuaje su proyecto.

Actualizado a
Pablo Guede pide tiempo para que cuaje su proyecto.
Mariano Pozo

Las dos derrotas consecutivas con las que el Málaga ha empezado el campeonato ha traído entre los aficionados una corriente de crispación no pronosticada tras los 12 buenos fichajes realizados por la entidad. Las eufóricas palabras de jugadores como Rubén Castro o Alberto Escassi hablando de “ascenso” elevaron tanto el nivel de euforia que hace llamativo el nuevo estado de depresión. Pablo Guede pide “paciencia”. Las cosas no salen a la primera y requieren su proceso. Luego el fútbol es un juego donde la pelota dicta sentencia en función del azar.

Nos remontamos a la temporada 2010-11. Abdullah Al Thani entró con poderío económico. Pero las cosas no funcionaban. En la jornada 27 el equipo era colista con Manuel Pellegrini como entrenador tras dos duras derrotas contra el Real Madrid en el Bernabéu (7-0) y frente a Osasuna en La Rosaleda. La gente se echó encima del técnico chileno y aparecieron pintadas tan desagradables como aquella de “Pellegrini, la gallina del vestuario”. La prensa le daba por todos lados porque no entendía sus planteamientos tácticos. ¿Por qué juega sin extremos y por dentro? ¿Por qué pone a Eliseu de lateral izquierdo? etc, etc… Tanto fue el cántaro a la fuente que el club se planteó el cese del chileno y hasta hubo contactos con Juande Ramos.

Todo cambió gracias a una victoria en Anoeta contra Real Sociedad y una posterior racha de cinco triunfos seguidos con Baptista anotando siete goles y Rondón dando la talla. El Málaga acabó undécimo. El año siguiente se clasificó para la Champions.

La paciencia salvó a Emery de ser destituido tras empezar la 2006-07 con tres derrotas seguidas o a Michel cuando el Girona estaba en descenso en la jornada 12. O al propio Pacheta en el Valladolid. También está la visión contraria de quienes piensan que en la 2017-18 se tuvo “demasiada paciencia” con Míchel González o José González.

El caso de Pablo Guede tiene sus aristas porque el técnico necesita acoplar a los mencionados nuevos fichajes a su ida de juego. Parece que a los jugadores les está costando asimilar todo lo que pide el preparador.

Posibilidad de refuerzos

El Málaga no ha cerrado ni mucho menos el capítulo de fichajes. La idea es intentar traer dos jugadores más, un lateral izquierdo y otro delantero. El problema es que el límite salarial lo tiene tan ajustado que necesita dinero. Y la vía de Horta parece que no va a ser el camino en esta recta final de mercado porque la venta de este jugador desde el Sporting Braga al Benfica no parece que se vaya a realizar a corto plazo. Tampoco parece haber cuajado la iniciativa de buscar empresas que estén dispuestas a dar dinero a cambio de poner apellido a La Rosaleda. Si no se produce un traspaso o la salida de algún jugador Pablo Guede tendrá que apañarse con lo que tiene. Que tampoco está tan mal.