Lewandowski vivió una noche extraña en Múnich
En su regreso a casa, el polaco tuvo sensaciones contrastadas. Fue recibido con aplausos y abrazado por su ex compañeros, pero se marchó sin ver portería.
Robert Lewandowski sabía que el partido de esta noche iba a tener muchas connotaciones. Había la incógnita de cómo le recibiría las gradas y muy pronto se disipó esa duda porque la afición del Bayern le recibió con los brazos apartes, dedicándole unos sentidos aplausos cuando saltó al campo para calentar. Es verdad que hubo algún pito, pero fueron acallados pronto por el resto de aficionados. De hecho, aún recibió una ovación mayor cuando el ‘speaker’ del estadio pronunció su nombre, que aplaudió desde el medio del campo en agradecimiento.
Pero aún faltaba encontrarse con sus ex compañeros en el túnel del vestuario. Aquí, todo fue cordialidad y abrazos, aunque extrañó un poco la frialdad con la que saludó a su amigo Thomas Müller, aunque aseguran que se debía todo a una broma entre los dos.
En el campo ya no hubo amigos, ni tampoco en las gradas. El delantero polaco fue sometido a un marcaje brutal por parte de Dayot Upamecano, que le dejó sin apenas ocasiones para ver puerta. Y en las pocas que tuvo, no contó con el acierto ni la suerte, porque el balón se fue siempre fuera del arco defendido por Neuer.
Al acabar el encuentro, Lewandowski volvió a abrazarse con sus ex compañeros, pero con un rostro muy distinto al de antes del partido, consciente que había desperdiciado una gran oportunidad para confirmar el regreso por la puerta grande del Barcelona en Europa.