La selectividad de Asencio
En 25 días ha pasado de ser el mariscal de Raúl en el Cerro del Espino a la mano derecha de Rüdiger en Anfield. Un ascenso que no es coyuntural. Liverpool, primer gran reto.
“Estoy convencido de que lo hará bien”. Ancelotti, sobre Asencio. No es una sentencia sin más. El de Reggiolo lo piensa. Lo siente así tras los primeros 150 minutos adultos del canario. El segundo de a bordo de Rüdiger, cuando se recupere, será Tchouameni. Una idea que no desaparece. Pero ello no colisiona con que la confianza en Raúl es plena. Una aparición refrescante auspiciada por la emergencia que no es parche, sino solución. Se presentó en sociedad con un pase de 50 metros a Bellingham, solidificó los cimientos en Butarque y ahora, Anfield. Un gran reto. Un sueño. Una realidad.
La vida de Asencio ha dado un vuelco repentino. El 2 de noviembre se fajaba ante el Atleti B como mariscal de Raúl en un miniderbi que no hizo justicia al prefijo. Jugó los 90 minutos, como siempre con el Castilla. Y de repente, primera convocatoria con los mayores contra Osasuna. No ha vuelto a pisar el filial. Ni desde que debutó tras la lesión de Militao ha pisado el banquillo. Tampoco lo hará en Liverpool. En 25 días, del Cerro del Espino a Anfield Road.
Los inptus que llegaban desde La Fábrica eran inmejorables. “Es central de Primera División”, se afirmaba con rotundidad. Y cuando el contexto ha dibujado la oportunidad, el de Reggiolo ha comprobado que los avisos no eran infundados. “Ha estado muy bien. Siempre enfocado. Tiene mucha personalidad”, radiografío ayer el italiano. Porque Asencio demostró contra el Leganés que no era flor de un día. Borja Jiménez planteó un encuentro duro para el canterano y más placentero para Rüdiger. Lo aprobó con nota.
La misión de De la Fuente, ariete pepinero, era incordiar al 35 y alejarse de Rambo. La respuesta de Rulo, como le conocen, contundente. Ganó el 70% de los duelos (7/10), tocó el balón en 60 ocasiones, firmó un 84% de acierto en el pase, con tres de ellos con final en el último tercio del campo, hizo cinco despejes y dejó otro highlight, una conducción que le plantó en campo rival y casi cocina su segunda asistencia en dos partidos. “Jugó con madurez”, le piropeó Ancelotti. Han sido dos encuentros con viento a favor, sin goles en contra y sin sufrimientos extremos, pero el zaguero ha solventado las situaciones con entereza. Ahora, turno para el Liverpool, el más difícil todavía. Un examen mayúsculo antes de que Tchouameni entre en la ecuación. Su selectividad particular.
La plantilla blanca le ha arropado, con Rüdiger, su ‘partner’ (compañero), como le llama por redes, a la cabeza. Raúl es uno más. Así se siente, así se lo demuestran. Y, además, cuenta con el apoyo de sus ahora excompañeros. Para La Fábrica, es un ejemplo. Una motivación. No se pierde de vista que la situación ha aparecido ante una plaga de lesiones por la que el Madrid mira al calendario. Pero tampoco que el canario está exprimiendo la oportunidad. “Esto ilusiona mucho a los chicos. Saben que es difícil, pero ver a un canterano brillando en el primer equipo les motiva”, deslizan desde Valdebebas. En Anfield, Asencio no caminará solo.
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