Aprobados y suspensos: Los amarillos resistieron el asalto al Gran Canaria
Los jugadores de García Pimienta, que pudieron anotar por medio de Sandro en varias oportunidades, aguantaron el empuje final del Alavés.
13. Valles: La primera oportunidad en la que tuvo que aparecer fue en el 63′ y de qué forma, una parada con el pie que antes del tiro de Villalibre dibujaba el 0-1 en el marcador. Posteriormente, En los balones parados cumplió con creces para desbaratar todo.
14. Lemos: Gestionó con solvencia el duelo con Rebbach. Ante el bloqueo, García Plaza dio entrada a de la Fuente y ambos quisieron marcar el terreno con prontitud aunque Rioja cambiaba de banda y le tocaba bailar con el nervio a pierna natural. Al principio se vio superado pero consiguió equilibrar la balanza poco a poco.
23. Coco: Firme en la prosa, titubeante en la lírica. En el choque se mostró con la firmeza expeditiva habitual, sin embargo tuvo alguna duda a la hora de construir en los balones que necesitaban de milímetros y seda. Tras esos errores, no se hundió y sacó la cabeza.
4. Suárez: Protagonizó el gran choque de la tarde con su lucha continua con Villalibre y con un posterior rol de Señor Lobo que resolvía problemas que surgían en defensa, uno de ellos lo festejó como si fuera un gol y es que lo parecía. Un mano a mano de Rioja que se lanzó, para no solo sacarla a córner sino que consiguió que la pelota pasara a control amarillo.
3. Sergi Cardona: Tenía una cita de postín con Luis Rioja, si acaso el gran vértigo de los vascos en ataque. Sacó la garra necesaria para poder detenerlo. En ataque, más contenido que en otras ocasiones.
12. Loiodice: Al francés le tocó realizar un partido de fontanería, apoyar a Fabio —luego a Mfulu— y al ataque cuando se terciara. Partido que resume a la perfección sus virtudes más allá de la virtuosidad.
8. Fabio: La novedad del once y el encargado de fortalecer el medio del campo como consiguió la jornada anterior en la segunda parte frente al Cartagena. Y lo logró hasta que sufrió una durísima falta de Guridi, que apunta a lesión grave, le obligó a quedarse en el banquillo tras el descanso. No fue sancionada con tarjeta.
20. Kirian: Con el de Ingenio en el campo, el tinerfeño adelantó su posición. Ahí dio un recital de pases que bien pudieron valer un gol. Los blanquiazules prevenidos de su estado creciente de forma no le dejaban darse la vuelta cuando recibía de espalda, aunque fueran necesarias faltas. Vital en defensa para desbaratar una jugada de Guridi dentro del área que olía tanto.
24. Pejiño: El andaluz apenas pudo completar 20 minutos, tras un uno contra uno tuvo que sentarse y pedir el cambio con la mirada, se sabía lesionado.
9. Sandro: Llevó el primer gran suspiro a la grada del Gran Canaria con un golpeo desde fuera del área que se fue contra el lateral. En el 42′ causó el segundo quejido lanzando con la zurda a centímetros de la escuadra. En el 44′ entró en diagonal desde la banda izquierda realizando dos regates de bella factura, faltó el remate. En el 68′ la volvió a tener, tras correr al espacio de la defensa, controló para dominar y regatear pero se le fue lo suficientemente largo como para que a Sivera le diera tiempo a achicar.
21. Jonathan Viera: El capitán se dedicó a tejer el juego, a aportar intangibles y ser el apoyo para Sandro y Viera. En el 58′ llevó el grito de gol a las gradas a causa del efecto óptico. Su ajustado tiro desde fuera del área se escapó por centímetros. En los minutos finales era el faro al que mirar.
Entraron desde el banquillo
2. Marvin: Saltó al césped por Pejiño, le costó entrar en calor. No cuajó un gran partido pero suponía una amenaza constante.
22. Mfulu: Con la lesión de Fabio, Mfulu fue el encargado de aplicar cemento. Era su primer encuentro después de su última lesión, no falló y aportó envergadura para los minutos finales de balones colgados del rival.
19. M. Cardona: Debido al minuto, ya se afrontaba el final del partido, le tocó soledad y cumplió con su labor de pelear en territorio hostil y sin casi apoyo.
6. Curbelo: Su cambio buscaba fortalecer el centro de la defensa cuando apenas faltaban seis minutos para cumplirse el tiempo reglamentario y lo consiguió.