Galones a Kondogbia
El centroafricano ha terminado como uno de los grandes protagonistas de la temporada. Nunca había disputado tantos partidos (39). Se espera competencia en el pivote.
El Atlético ha finalizado una temporada de involución para gran parte de su plantilla. El conjunto rojiblanco mantenía la base del equipo campeón de Liga y añadía piezas preciadas como Griezmann, De Paul o Cunha. Sin embargo, los contratiempos se fueron cebando desde muy temprano, la fragilidad se apoderó de la defensa, las lesiones hicieron mella y el juego no llegó a fluir en ningún momento como sí se había conseguido pocos meses antes.
Pero, entre las malas noticias, también hubo jugadores capaces de dar un paso adelante. Es el caso de Geoffrey Kondogbia. El centrocampista internacional por la República Centroafricana había llegado al club en noviembre de 2020, gracias al plazo extra otorgado por LaLiga para suplir a un Thomas que se había bajado del barco el último día del mercado veraniego por el importe de su cláusula. Sin tiempo de adaptación, Kondogbia tuvo que estar preparado para sumar desde el primer día, pero con un rol más habitual entrando desde el banquillo a cerrar los partidos con ventaja en el marcador y ayudando a un Koke que se había adueñado del pivote en el once.
Sin embargo, el jugador de 29 años iniciaba esta campaña como uno de los pocos futbolistas que pudieron realizar la pretemporada y estar disponibles para Simeone en un sinfín de ausencias por la participación del grueso de la plantilla en la Eurocopa y Copa América. Kondogbia renunció a estar con su equipo nacional para ponerse al ritmo de sus compañeros y ganarse un espacio en los planes del Cholo. Y, a base de trabajo, lo ha acabado consiguiendo. Las lesiones han sido un contratiempo habitual en la carrera deportiva del medio, que nunca había superado los 37 partidos disputados con el Sevilla en la temporada 2012-13… hasta esta campaña, donde pudo estar en el césped en 39 ocasiones.
Eso sí, reducir los problemas musculares no significa eliminarlos por completo, ya que se ha perdido nueve partidos por lesión. Kondogbia también estuvo ausente contra el Barcelona por acumulación de amarillas y en la visita del Granada tras una expulsión incomprensible contra el Espanyol, donde el balón le golpeaba en la mano rebotada tras un despeje de Felipe. De menos a más, el pivote acabó convirtiéndose en una pieza importantísima para Simeone, especialmente en los duelos de Champions donde mostró su mejor versión ante Manchester United y Manchester City. Fuerza, kilómetros abarcados, recuperación y una salida de balón muy aseada a través de sus envíos al espacio y de las conducciones en carrera que fueron claves para que el equipo pudiese mostrarse fuerte en el centro del campo.
Kondogbia acabó como uno de los jugadores más importantes del equipo, posiblemente el mejor medio del curso y acumulando diez titularidades seguidas en un final de temporada a gran nivel. El centroafricano ha terminado como el jugador del Atlético con más recuperaciones en Liga (188), el sexto con más pases buenos (854) tras Koke, Savic, De Paul, Hermoso y Llorente y el quinto con mejor porcentaje, con un 86% de acierto en sus envíos. Con 2.602 minutos, ha sido el octavo jugador más utilizado por Simeone. Kondogbia encontró en Lodi el jugador ideal con sus desmarques al espacio en la banda izquierda, dándole dos pases de gol en el partido contra el Celta y generando mucho peligro con ese recurso. También sumó un tanto ante el Villarreal y se asoció a la perfección con Herrera.
El Atlético deberá suplir ahora la salida del mexicano y después de perder la oportunidad de reforzarse con Boubacar Kamara, busca pivotes en el mercado. Nombres como Camara, Palinha, Ugarte o Guido Rodríguez ya han sido relacionados con el club rojiblanco. También centrocampistas de un perfil más ofensivo como Carlos Soler. Y Saúl regresa de su cesión al Chelsea a la espera de analizar su futuro. Pero, en el final de curso, Kondogbia se ha ganado unos galones en el esquema de Simeone que no quiere perder después de todo lo que le ha costado ser importante. Si el técnico siempre ha abogado por la máxima competencia interna, el jugador de 29 años se lo pondrá difícil si alguien quiere sacarle del once.