El truco final
El Madrid de los milagros, de gala, busca la Champions más difícil de su historia. El Liverpool, última frontera tras haber liquidado al último campeón y a los dos últimos finalistas.
Liverpool y Madrid devuelven hoy el fútbol a su estado natural. Dos clubes grandes desde la prehistoria, que diría Guardiola, sin aditivos, limpios de artificios, emires y oligarcas, y obligados por su historia, que llevada a los libros de contabilidad hablan de diecinueve copas de Europa. La más rancia aristocracia del fútbol europeo. También es el choque de dos campeonatos, Premier y Liga, que llevan tiempo jugando su Champions en el universo audiovisual y de la mercadotecnia, y de dos entrenadores de diferente formación. Klopp triunfa en el Liverpool imponiendo su temario. Ancelotti triunfa en el Madrid aplicando un temario que está en el club desde el principio de los tiempos. Porque esta fue siempre institución de jugadores y no de entrenadores. En ese banquillo solo brillaron quienes así lo entendieron (sigue el partido de hoy en directo en As.com).
Enfermerías vacías
Un repaso rápido por la última hora invita al optimismo en el Madrid. Alaba, único titular con problemas físicos, no juega desde el 26 de abril, cuando cayó lesionado en el Etihad, pero lleva una semana a ritmo de competición y será la pareja de Militao en el centro de la defensa. El Liverpool, más exigido por sus competiciones domésticas (ha jugado una final de Copa y cuatro partidos a vida o muerte en una Premier que se le escapó mientras el Madrid hacía reposo activo), se encuentra con más dudas: Salah disputó media hora en el último partido de Liga tras romperse en la final de Copa; Van Dijk, lesionado en ese partido, no ha vuelto a aparecer; tampoco lo ha hecho Fabinho desde el 10 de mayo, y Thiago, que se retiró el domingo pasado ante el Wolverhampton, apenas se ha entrenado. Si no está listo, Keita será su relevo. Aún así, Klopp cree que tendrá al resto, quién sabe en su mejor estado.
Kiev, en el recuerdo
En la cabeza de unos y otros anda aún la final de 2018, ganada por el Madrid en Kiev. Seis titulares del Liverpool y cinco del Madrid aquel día repetirán hoy, pero la impresión es que los ingleses parecen más fuertes (Alisson, Konaté, Fabinho, Thiago o Luis Díaz han mejorado el equipo) y los blancos, más débiles (ya no están Varane, Ramos o Cristiano y ni Bale ni Marcelo son los de entonces). Con los años, el Liverpool se ha hecho más territorial (es líder en posesión en la Champions, con un 60,1%, diez puntos más que el Madrid), más rematador, más recuperador y menos vulnerable. En todo esto anda por encima del Madrid y casi de cualquiera, pero en circunstancias similares se vieron el año pasado y los blancos les echaron en cuartos.
El póker blanco
Pero si el coro es red, los solistas están en el Madrid. Benzema ha marcado 44 goles en el curso (los mismos que Salah en su mejor año, el que perdió la final de Kiev) y 15 en la Champions, más de la mitad de los que suma el equipo (28). Es, con diferencia, el jugador de más impacto en la competición. Con él, el equipo ha marcado 12 goles más de los esperados, según los datos de Olocip. Solo en las tres eliminatorias previas ha conseguido diez y únicamente se ha quedado en blanco en dos de doce partidos. Vinicius es el mejor regateador de la competición, Courtois ha hecho más paradas que nadie y Modric es el segundo pasador, tras Rodri, el madrileño del City. Esos cuatro futbolistas están por encima de la media inglesa.
Cuestión de kilómetros
También el factor fatiga favorece al equipo de Ancelotti, y no solo por el sosiego del último mes. El hecho de que el Liverpool juegue una competición más (la Copa de la Liga inglesa) y que en la Premier solo se permitan tres cambios hace que diez de sus jugadores pasen de 3.500 minutos. En el Madrid, pese a que la rotación no es precisamente una debilidad de su técnico, solo seis. La impresión general es que el Liverpool tiene una ventaja física notable, pero los datos dicen otra cosa: casi el 30% de los goles del Madrid llegan en el último cuarto de hora, por el 23% de los reds. De hecho, siete de los ocho tantos blancos en los partidos de las remontadas mágicas llegaron después del minuto 75. Al Madrid le conviene que esto se resuelva al esprint.
De gala
Los onces ofrecen pocas dudas. Klopp tirará de su equipo de cabecera, con Mané de nueve, puesto al que se ha visto reconvertido en la segunda parte de la temporada, y Luis Díaz, el superfichaje de invierno, en la izquierda, a pierna cambiada. A Mendy le tocará parar a Salah. En el Madrid, todo apunta a que Valverde le quitará la plaza a Rodrygo, aunque el mensaje de Ancelotti desde hace tiempo es que son tan importantes los que empiezan como los que acaban. Camavinga y Rodrygo serán su efecto revitalizante. Este último y Firmino presentan muchos mejores registros en la Champions que en sus respectivas ligas. Su efectividad en Europa se triplica.
Recordman Ancelotti
En los banquillos, el Liverpool y Ancelotti llevan mucho tiempo encontrándose. El italiano se vio con los ingleses dirigiendo a Milan, Chelsea, Madrid (le ganó los dos partidos), Nápoles y Everton. También lo tuvo enfrente en tres finales de Champions: una como jugador (la del 84, cuando estaba en la Roma, que no pudo disputar por lesión) y dos desde el banquillo del Milan (perdió una y ganó otra). En definitiva, ha visto de todo. Klopp explicó en la web de la UEFA esta semana su deseo de dejar en el Liverpool "una estructura y una cultura que sirvan para cuando ya no esté". A Ancelotti, en cambio, le ha bastado con no desviarse de una receta tradicional que siempre alimentó al club. Hoy puede ser el primer técnico con cuatro Champions y el Madrid, que ha ganado las últimas siete finales, llevar a su museo la Decimocuarta, tras haber liquidado al último campeón (Chelsea) y a los finalistas de las dos últimas ediciones (PSG y City). Parecería hasta natural tras un torneo repleto de sucesos sobrenaturales.