Juergen y Lapeña, una sociedad ilimitada para el Deportivo
El defensa riojano lleva cuatro goles, tres de ellos con asistencia del colombiano. Iguala las cifras realizadoras de centrales como Duarte, Naybet o Coloccini.
A Juergen lo tengo frito de decirle dónde la tiene que poner. Ya nos conocemos los dos y al final de los entrenamientos nos quedamos para decir dónde nos encontramos más cómodos con el balón parado”. Así explicaba Adrián Lapeña hace poco más de un mes en una entrevista en AS su conexión con el colombiano. La sociedad volvió a funcionar este pasado fin de semana ante la UD Logroñés en el 2-0. Córner sacado por la zurda de oro de Juergen Elitim y contundente remate de cabeza del zaguero riojano en el primer palo adelantándose a la defensa visitante.
El tanto a la UD Logroñés fue el tercero de la temporada en la que funcionaba la sociedad a balón parado que forman Lapeña y Juergen. La conexión comenzó en la segunda jornada, en la que una falta lateral del colombiano ante el Tudelano (0-1) terminó con el primer gol del defensa como deportivista. El segundo fue hace un mes, cuando otra falta acabó en la cabeza del central ante el Rayo Majadahonda para abrir el marcador en un partido que acabó en otra victoria del Depor (2-1). Antes del tanto de este fin de semana, vio puerta en Riazor ante el Calahorra (2-1), pero el asistente en esa ocasión fue Aguirre.
Números récord
Los cuatro goles le sirven a Lapeña para firmar el mejor registro goleador de su carrera, que estaba en tres con la Real Sociedad B (2018-19). Además, la cifra le vale para igualar a Noel y situarse como el tercer mejor realizador del Deportivo solo por detrás de Miku (9) y Quiles (17). Excelentes números que le igualan a los centrales blanquiazules más anotadores de los últimos 30 años. Solo Domingos Duarte, Naybet, Coloccini y Juanma alcanzaron el póker de goles en una temporada. Donato tuvo un año de diez, pero era cuando jugaba como centrocampista. A Lapeña le quedan ahora tres partidos de liga regular y, uno o dos de playoff, para superar esta barrera y quedarse solo a la cabeza del pichichi blanquiazul de defensas.