Mandíbula de cristal celeste
El Celta no le ha dado la vuelta al marcador en lo que va de Liga. En los dieciséis partidos que su rival se adelantó solo ha logrado dos puntos. Su última remontada fue contra Messi.
La Chachoneta aún no ha sido capaz de voltear un resultado esta temporada en Liga. En los dieciséis encuentros que ha estado en desventaja solo ha logrado dos puntos. Un equipo con mandíbula de cristal que, por el contrario, se muestra sólido cuando golpea primero.
Los rivales del Celta han abierto el marcador en doce de las catorce derrotas que el cuadro olívico ha sufrido esta campaña. Las otras dos veces que los célticos se quedaron con las manos vacías les remontó el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, donde los pupilos de Eduardo Coudet llegaron a mandar por 0-1 y 1-2, y el Valencia en Balaídos, partido en el que Iago Aspas pidió el cambio tras anotar el 1-0.
El Chacho no oculta en sus comparecencias ante la prensa lo importante que resulta para los suyos marcar primero y, de esta manera, disponer de espacios para jugar al contraataque. Solo en dos ocasiones el Celta ha conseguido evitar la derrota yendo por debajo en el tanteador. Sucedió en jornadas consecutivas: primero levantó un 0-3 frente al Barcelona (3-3) y al sábado siguiente igualó el 0-1 del Villarreal.
Para encontrar la última remontada viguesa en Liga hay que retroceder al penúltimo encuentro de la pasada temporada. En el Camp Nou, en lo que fue la despedida de Leo Messi del estadio blaugrana, el argentino hizo el 1-0 y un doblete de Santi Mina estableció el definitivo 1-2. Desde entonces, al Celta le ha penalizado su escasa capacidad de reacción.