Escenario de precrisis
Tocado por las derrotas ante Eintracht y Cádiz, y afectado colateralmente por el asunto Piqué, el Barcelona lucha por la segunda plaza en Donosti.
Desnudado por Eintracht y Cádiz en el Camp Nou, el Barça, que se ha vuelto de nuevo sorprendentemente frágil como si se hubiese convertido de pronto en calabaza, juega en el Reale Arena (21:30 horas) en medio de una atmósfera de precrisis que no contemplaba hace una semana (sigue el partido en directo en AS.com). Eliminado de la Europa League, y con el único colchón ya del partido pendiente contra el Rayo, llega a Donosti sin demasiado margen de error para asegurar un puesto entre los cuatro primeros, su triste y poco elevado objetivo de mínimos de la temporada que evoca aquel famoso comunicado del último y acorralado Ronald Koeman. "En la Champions no se pueden esperar milagros (...). Además, quedar en alto ranking en Liga sería un éxito". Vaya, vaya...
La situación del Barça, que indirectamente también se ve afectado por los negocios de Piqué, que daba una rueda de prensa histriónica por Twitch una hora después de que el equipo del que es segundo capitán perdiese 0-1 contra el Cádiz en casa, le da pimienta al partido y estimula a la Real, que pese al empate contra el Betis (0-0) emite mejores sensaciones y solo ha echado de menos, y es trabajo de Isak y Sorloth, el gol. A la Real de Imanol le gusta mandar en los partidos y ser protagonista con el balón, pero si al entrenador de Orio le da por mirar los partidos del Barça contra Galatasaray, Eintracht o Cádiz, tal vez decida cambiar de plan. Los azulgrana han sido un coladero en los últimos partidos. Una victoria de la Real, que tiene jugadores con piernas como Januzaj, Portu o el mismo Isak para dañar a los Alves y Alba, le permitiría algo más que pasar al Betis en la clasificación. Le dejaría a dos puntos de la zona Champions.
Con los fichajes de invierno perdiendo gas (Ferran lleva tres jornadas sin hacer gol; Aubameyang solo ha marcado ante el Levante; y Adama y Alves han desaparecido incluso de las alineaciones), Xavi, al menos, se rearma defensivamente. Además de Piqué, regresa Araújo, pieza fundamental para el Barça. La ausencia del uruguayo, aún en proceso de renovación, resultó determinante contra el Cádiz, partido en el que Eric Garcia repitió el mal día del Eintracht y Lenglet confirmó que se ha ganado a pulso su condición de transferible.
Xavi asegura que ya se le ha pasado el enfado, pero eso no ha impedido que sus jugadores se llevasen un toque de atención público el lunes; y en privado el día siguiente, vídeos incluidos. El entrenador, impotente contra colectivos que se le han metido atrás, le da vueltas a la cabeza para recuperar alegría y energía en un equipo que no ha podido ocultar una importancia dependencia de Pedri y que lleva desde el Bernabéu sin encontrar al mejor De Jong. El Barça transmitió pésimas señales contra el Cádiz porque fue un flan en defensa y, en ataque, un equipo volcado a la guerra individual de Dembélé porque no había ningún poso en el juego. Más allá de los resultados de sus rivales, el Barça se juega hoy entrar en crisis.