La renovación de Sergio González por el Leganés se estanca
Diferencias entre ambas partes deja el diálogo en un punto muerto sin un rumbo claro de por dónde avanzará. El central es uno de los habituales en el eje de la zaga.
La renovación de Sergio González con el Leganés se encuentra atascada. En punto muerto y con perspectiva indefinida de si resolverá finalmente o si el central afrontará un verano agitado, con perspectivas de salida. El contrato del madrileño termina el 30 de junio (tiene un año más opcional) y su rendimiento lo coloca como uno de los jugadores con mayor potencial de la plantilla. Un objetivo potencial para otros conjuntos.
Tal y como informó AS a principios de 2022, las partes iniciaron entonces el diálogo para el blindaje del defensa, primer fichaje del Leganés tras descender a Segunda y uno de los mejores en cuanto a relación coste-rendimiento. Sergio llegó gratis y con los tres entrenadores que ha tenido al sur de Madrid (especialmente con Garitano y Nafti) ha terminado convertido en un fijo: acumula 46 partidos oficiales entre ambas campañas.
Pese semejante currículum, pese a que el jugador tiene deseo de continuar y su perfil de jugador comprometido y trabajador en la sombra gusta en Butarque, no se ha podido llegar a un acuerdo. Hay diferencias en distintos ámbitos que alejan, por ahora, las posturas. Distancias que han provocado que, desde hace tiempo, no haya conversaciones al respecto de esta ampliación de contrato.
Tiempos de espera en Butarque
El jugador permanece a la espera de si el club cambia su postura y retoma el diálogo para replantear sus posiciones y, a partir de ahí, quedarse en el Leganés, como es su deseo. Pero en el club también se mira con cierta cautela y pausa este caso y en general, el del resto del plantel. Primero, porque aún no se han cerrado los mínimos objetivos de manera matemática y, segundo, porque está por ver si el Leganés no decide dar un paso al frente el verano y realizar una profunda remodelación de su plantilla que incluyan cambios profusos.
Desde el banquillo (tampoco se ha dialogado con Nafti) hasta las vacas sagradas del vestuario (en Butarque están convencidos de que habrá partidas llamativas por lo trascendente de los jugadores afectados) podrían ser objeto de estos cambios. Nadie descarta que Sergio sea uno de los afectados por este proceso.
Trabajo a la espera
Entre tanto, el futbolista continúa con su habitual comportamiento de entrenar y esperar. Así se hizo con el puesto de titular el tramo final de la pasada temporada pese a que Martí no contaba con él y el club le deslizó la opción de salir en enero. Sergio se empeñó en que quería triunfar en Leganés y su persistencia le regaló la confianza de Garitano el tramo final de temporada.
Con el de Bergara, de nuevo, el costó entrar en la rueda, pero finalmente lo hizo para ser un fijo junto a Bruno y por delante de otros jugadores renombre como Tarín u Omeruo. Ahora con Nafti ha repetido el proceso con alguna ausencia, pero con bastante regularidad. En los últimos partidos ha formado parte de la zaga bien acompañado de Omeruo, de Giraudon o incluso de Javi Hernández. Reiteración que demuestra que, para el entrenador franco-tunecino es hombre importante.