ATLÉTICO DE MADRID-MANCHESTER CITY
¿Qué fue de Martin Petrov? La bala búlgara de Atlético y City
Una lesión de rodilla lastró su progresión como rojiblanco en el inicio de su segunda temporada en el club. Salió a Mánchester tras 52 partidos y tres goles en Madrid.
Hablar de Martin Petrov es hacerlo de velocidad, electricidad y una zurda que, en sus noches buenas, hacía las delicias del aficionado. La historia del búlgaro es una de tantas donde una lesión grave, posiblemente en el momento más determinante de su carrera, impidió ver el esplendor del futbolista que pasaba por sus mejores noches en el Atlético. El equipo rojiblanco sintió como en una semana de octubre su fantástico inicio de temporada 2006-07, el de la ilusión desbordada por la llegada del Kun Agüero para formar delantera con Fernando Torres, se iba al traste con las lesiones consecutivas de Maxi Rodríguez y Martin Petrov, con sendas roturas del ligamento cruzado de la rodilla izquierda sin apenas tiempo para lamentarse entre una y otra.
Para conocer los inicios de Petrov (15-01-1979) hay que retroceder a su Vratsa natal. El búlgaro se crio con una pelota en los pies y el Botev Vratsa estuvo rápido para captarle y comenzar a moldear su aceleración, velocidad y golpeo fuera de lo común. En la temporada 1995-96, mientras en España el Atlético conseguía su histórico Doblete, en Bulgaria el CSKA Sofía se movía para hacerse con una de las grandes sensaciones del país, un Petrov todavía menor de edad. Vestiría la camiseta del equipo de la capital durante dos temporadas y media, hasta que la UEFA se convirtió en un escaparate enorme para el jugador en la campaña 1998-99.
De Suiza al Wolfsburgo
Después de eliminar al Belshina bielorruso y al Molde noruego, le tocó el turno al Servette. Los ojeadores del equipo suizo, con Gérard Castella a la cabeza, celebraban no tener en frente a Petrov en la ida por sanción, pero ya habían quedado prendados de su juego en los viajes para estudiar al rival. Y en la vuelta se midieron a una gran versión del búlgaro, pieza clave para remontar la eliminatoria con la victoria por 1-0 en Sofía (2-1 en la ida). Fue la prueba de fuego que llevó al Servette a lanzarse a por su fichaje en ese mismo mercado invernal. Antes, Petrov todavía tendría tiempo para enfrentarse al propio Atlético, cayendo lesionado en el encuentro de ida a los 33 minutos donde los rojiblancos se impusieron por 2-4 (doblete de Kiko y goles de Torrisi y Roberto Fresnedoso) y pudo conocer de primera mano un Vicente Calderón en el que el Atlético no dio opciones y un gol de Juninho de penalti acabó con toda esperanza para los visitantes.
Petrov salió de Bulgaria, aconsejado, entre otros por Stoichkchov, y consiguió dejar su nombre en la historia del Servette pese a estar solo dos temporadas y media. En la 1999-00, se proclamó campeón de liga suiza con un papel protagonista del búlgaro, alternando la presencia como extremo izquierdo y segundo delantero y acercándose a la decena de tantos. Un año después mejoraría sus cifras, un crecimiento que no pasaba desapercibido y la sensación de que Suiza comenzaba a quedarse pequeño para él. La Bundesliga, siempre atenta (por ejemplo, Matheus Cunha también salió de Suiza a Alemania), llamó a su puerta y el Wolfsburgo quiso evitar cualquier puja en verano firmándole con todavía cuatro meses por disputarse.
Petrov reconocía por entonces que “solo sé que el entrenador se llama Wolfgang Wolf y que cuentan con tres polacos y un croata, Tomislav Maric, que podría facilitar mi integración. Para mí, el Wolfsburgo tiene ciertas similitudes con el Servette. Es un club ambicioso, que apunta a Europa, pero que no se presiona con la Champions”. Compaginando el estudio de alemán con el final de curso en Suiza, su llegada al Wolfsburgo destapó todo su talento, añadiendo a su desborde y regate una voracidad enorme de cara a portería. Para muchos su presentación en el gran fútbol europeo fue esa temporada 2001-02, con ocho goles en 37 partidos que ya empezaron a llamar la atención por toda Europa. No estaría tan afinado en su segundo año, con ciertas lesiones musculares y un fuerte carácter que en ocasiones le jugaba malas pasadas. También una irregularidad que le acompañó durante el resto de su carrera.
Pero, la campaña 2003-04 dejó de nuevo patente que era un jugador diferencial y un llegador extraordinario, con un cañón en la zurda. Tras conseguir ocho goles en 24 partidos de liga, más otros tres en Intertoto, Petrov defendió a Bulgaria en la Eurocopa de Portugal. Una selección con jugadores diferenciales, como el propio Martin Petrov, Stiliyan Petrov o especialmente Dimitar Berbatov, pero que no pudo sumar ningún punto en una fase de grupos ante Suecia (5-0), Dinamarca (0-2) e Italia (1-2), consiguiendo el propio Martin Petrov el único gol de su selección en el torneo y disputando 265 de sus 270 minutos.
Una lesión cortó su mejor versión de roijblanco
Su último año completo en Alemania le sirvió para ser nombrado jugador revelación de la Bundesliga. Imparable en carrera y certero en la definición, sus 12 goles en 29 partidos de liga llamaron la atención del Atlético, pero también del Barcelona y del Bayern, acostumbrado a pescar en sus rivales por el título. El 3 de diciembre de 2004, AS anunciaba en exclusiva que Toni Muñoz quería cerrar la incorporación de Petrov para dar mordiente y pegada al Atlético. La operación se fue dilatando, el Wolfsburgo oficializaba en verano a través de su página web que había rechazado una oferta del club rojiblanco cifrada en seis millones. El Bayer Leverkusen también entraba en la puja, pero el jugador veía con muy buenos ojos la opción de recalar en España. Tanto fue así que Petrov llegó a proponer su renuncia a embolsarse el 15% del traspaso como comisión a cambio de viajar a Madrid. Finalmente, y con la Bundesliga ya iniciada (Petrov había marcado dos goles en Intertoto), el Atlético subió la cifra a 10 millones, por entonces cantidad muy importante para el club, y el Wolfsburgo acabó aceptando las garantías de pago.
En su primer año de rojiblanco apareció esa irregularidad, donde alternaba actuaciones estelares con partidos desacertado y muy desaparecido en la banda izquierda. Sus partidos contra el Barcelona fueron buena muestra de extremo a la antigua usanza, pegado a la cal, regateando, marchándose por velocidad hacia su pierna natural y convirtiéndose en una pesadilla para el lateral rival. Por entonces, el Atlético le tenía tomada la medida a un equipo blaugrana que fue campeón de Liga, pero no pudo sumar ningún punto ante los colchoneros. Petrov participó en el 2-1 del Vicente Calderón, con una asistencia marca de la casa para Torres y en el 1-3 del Camp Nou dando el pase de gol a Maxi. Expulsado contra el Sevilla, acabó participando en 36 partidos de Liga, 31 de ellos como titular.
Tras ese primer año de adaptación, el inicio del curso 2006-07 prometía grandes actuaciones de Petrov. Más adaptado al idioma, a la competición y a LaLiga, era indiscutible para Javier Aguirre, que le situó en el once en las seis primeras jornadas e ilusionaba con una gran actuación en San Mamés en un 1-4 donde el búlgaro marcó su segundo tanto como atlético y Agüero el primero. Sin embargo, en ese sexto partido la desgracia se cebó con Petrov. El 14 de octubre de 2006, a los 38 minutos del partido contra el Recreativo su rodilla hizo crack, como había ocurrido una semana antes con Maxi en la Condomina con la selección argentina y el Atlético se quedó sin sus dos puntales en las bandas. Operados a la par, en el caso del búlgaro con una rotura del 8% en el menisco externo (se le realizó una artroscopia tipo T4 con tendones de pata de ganso), los dos jugadores formaron una gran relación durante su recuperación paralela, pasando horas y horas de rehabilitación juntos.
Volverían casi a la par, pero en el caso de Petrov, un jugador tan explosivo sentía más profundamente su limitación física. El gol al Espanyol en el segundo partido de regreso, 27 jornadas después de aquella aciaga noche ante el Recre, aliviaría los malos ratos pasados, pero su cuerda en el Atlético se había ido acortando hasta decir adiós en el verano siguiente. Tras la marcha de Torres, el club rojiblanco había remodelado su plantilla con llegadas muy potentes como Forlán, Simao, Reyes, Luis García o Raúl García y las casi 4,7 millones de libras (unos siete millones de euros) que ponía el Manchester City sobre la mesa eran un alivio para las cuentas del club. Petrov dijo adiós con 28 años tras disputar 52 partidos de rojiblanco, marcando tres goles y dejando la dolorosa impresión de que la grave lesión había cortado toda su progresión en el momento de mayor regularidad y simbiosis con la grada, que vibraba con sus galopadas con espacios.
Si aquel Atlético distaba mucho del actual, más aún lo hacía el Manchester City. Un equipo con poco peso en la Premier y sin grandes nombres en el que Petrov encajó con un papel importante, con cinco goles en su primera temporada en la liga inglesa. Añadiría dos cursos más en Mánchester antes de salir con destino al Bolton en 2010. Allí, en su segundo curso se consumó el descenso a segunda división y Javier Aguirre volvió a llamar a su puerta en enero de 2013 para traerle de vuelta a LaLiga. Petrov militó seis meses en el Espanyol, con un regreso al Vicente Calderón en el que recibió una buena acogida de la afición en un partido cerrado para los locales con un gol de Falcao, antes de regresar a Bulgaria par colgar las botas. La temporada 2013-14 fue la última de Petrov en activo, en el CSKA de Sofía que le había visto pegar su salto de madurez.
Aunque, viendo al Petrov actual, pocos dirían que lleva tanto tiempo retirado. Alternando periodos en Majadahonda con etapas en su país natal, Petrov quedó enamorado de España y del Atlético pese a que solamente participó durante dos temporadas con el equipo. Es un habitual en sesiones de CrossFit en la localidad madrileña y un asiduo al Wanda Metropolitano. En un estado de forma fantástico, también se le puede ver participando en partidos de veteranos, en comentarios y en eventos de la federación búlgara de fútbol. Un Petrov que vivió otra etapa del Atlético y del City, alejada de los títulos y de los focos europeos. La bala búlgara a la que una lesión le cortó las alas en su segunda temporada como rojiblanco.