Porterías txuri-urdin con redes de pesca

La Real Sociedad sigue tratando de devolver a la sociedad todo lo que recibe como club de élite, ahondando en su estrategia de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente. Desde ese punto de vista, su última aportación a nuestro entorno es hacer que las redes de las porterías de los campos de la playa de la Concha, donde los niños dan sus primeras patadas a un balón, lleguen desde el fondo del mar. Porque cada año 640.000 toneladas de redes de pesca terminan en el fondo de nuestros océanos sin utilizarse. Así que ha puesto en marcha el proyecto llamado ‘Sareak’, junto a Panthalassa, con la colaboración de la Asociación de Rederas de Gipuzkoa y la sección de subacuáticas de la Real Sociedad. Bajo el lema “Nos la jugamos por nuestros mares’, se trata de un proyecto de economía circular gracias al cual se rescatan redes sin uso desde el fondo del mar, desde los puertos y almacenes de Gipuzkoa y se reciclan para convertirlas en redes de porterías de fútbol.

“El proyecto que comenzó a idearse hace más de dos años y que se ha desarrollado en tres fases. En una primera fase de “Rescate” se focalizaron todos los esfuerzos en la localización de las redes, la identificación de las mismas y la planificación de inmersión para la recogida. En esta primera fase, siempre bajo la dirección técnica de Panthalassa, la labor de la sección de subacuáticas de la Real Sociedad fue muy importante.

En una segunda fase, se comenzó con el proceso de “conversión”. Una vez obtenidas las redes, se necesitaba transformarlas para poder darles una segunda vida. Es aquí donde las rederas jugaron un papel especial. Para nosotros ha sido importante dar actividad laboral a estas mujeres y dar visibilidad a este oficio tan arraigado en nuestra cultura. Ellas representan muchos de los valores de los que tanto se enorgullece el club”, explica Andoni Iraola, director de la Fundación de la Real Sociedad.

Esas redes cogidas del fondo del mar y restauradas han sido destinadas a las porterías del Campeonato Escolar de la Playa de la Concha. El fútbol escolar de Donostia es el destinatario final en esta primera fase de estas redes. Pero este proyecto acaba de comenzar, tras diseñar el proceso y ver la viabilidad del mismo, el objetivo a partir de ahora es seguir reciclando estas redes para darles una segunda vida con destinos diferentes, incluso más allá de los campos de fútbol. “No sólo se trata de la necesidad de cuidar nuestros mares y sensibilizar sobre ello, sino de fomentar la cultura del reciclado, de la economía circular en definitiva”, concluye Iraola.