BARCELONA

Fiesta en el Estadi; vuelve Alves

El brasileño, a dos meses de cumplir 39 años, regresa después de su expulsión ante el Atlético. Se juega su renovación en los últimos 14 partidos de Liga.

En plena fiesta del Barça después de Nápoles, aparece un rey de las celebraciones. A dos meses de cumplir 39 años, pero con la pasión y el hambre de césped de un juvenil porque no concibe de otra manera el fútbol, Daniel Alves vuelve a una convocatoria después de cumplir dos partidos de sanción. Han pasado tres semanas desde que Jesús Gil Manzano lo expulsó por pisar innecesariamente por detrás el gemelo de Carrasco en una acción impropia de su experiencia que estropeó un partido sencillamente estratosférico para un jugador que se acerca a los 40 años.

Fichado el pasado 12 de noviembre después de ponerse "pesado" con Laporta y de una conversación con Xavi, Alves no ha vuelto al Barça a ver pasar el tiempo ni a retirarse. No de momento. Comprometido con la delicadísima situación deportiva y económica del club, se metió en el vestuario y dobló sus trabajos: por un lado, afinar de nuevo su forma, ya que no jugaba desde agosto, mes en el que había sido nada menos que oro olímpico, otro logro, con Brasil. Por otro, devolver autoestima a un vestuario apagado, desorientado, y cansado de perder.

Lo de Alves no se quedó en escenificación. Ganador de más de 40 títulos en su carrera, llegó con ganas de comerse la hierba. En su primer partido de Liga, dio la asistencia de 0-1 a Luuk de Jong en Granada. Contra el Atlético, pareció echar la máquina del tiempo trece años atrás. Fue un ciclón. Le dio el pase del 1-1 a Jordi Alba y, en la segunda parte, irrumpió como un bisonte en el área de Oblak y marcó un golazo de impresión. Su celebración encendió al Camp Nou, necesitado de identificarse con jugadores que reivindiquen la grandeza del club. En eso, nadie como Alves, que además de tener un talento innato para jugar al fútbol y, sobre todo, entenderlo, representa la cultura del esfuerzo hasta el último segundo. Como en San Mamés, donde intentó una chilena agónica que no ejecutó bien pero acabó en botas de Pedri. Aquel 2-2 épico que no sirvió de nada, posteriormente, en la prórroga ante el Athletic del gran Muniain.

Alves está en dos misiones paralelas pero con un vínculo común. El brasileño, convocado de nuevo por Tite el pasado mes de enero (122 internacionalidades suma ya), está obsesionado con llegar al Mundial de Qatar. Para eso, necesita prolongar su carrera, al menos, una temporada más. Podría ser en otro lugar, pero él quiere que sea en el Barça, con quien tiene contrato hasta el 30 de junio. Durante su presentación, el lateral no especificó si existe alguna cláusula por la cual se renovaría su contrato. Exista o no, sus viejos vínculos con Laporta y Xavi garantizan una conversación transparente y una resolución pactada. A Daniel le quedan 14 finales en la Liga para ratificar las señales que ha dado en sus primeros cinco partidos oficiales a su vuelta. Excluido de la Europa League por Xavi ("he sido injusto con él", admitió el técnico), tendrá que poner toda su energía en la competición doméstica. De momento, asoma competencia. Sergiño Dest ha estado a buen nivel en su ausencia. Pero si Alves está a su mejor nivel, hay que dar por hecho que la camiseta de titular no se la quita nadie. Vuelve Alves, vuelve la fiesta en el Camp Nou...

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