FRANCIA

La maldición del PSG ante sus exjugadores

El conjunto parisino sufrió ayer la eliminación de la Copa de Francia en las manos de Bulka, portero polaco que tiene cedido el club en el Niza.

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El PSG cayó eliminado este lunes de forma sorprendente de los octavos de final de la Copa de Francia. Los parisinos sucumbieron ante el Niza en una tanda de penaltis dramática tras haber sido incapaz de ganarle durante 90 minutos (0-0). El gran protagonista en la muerte súbita fue Marcin Bulka, un portero de casi dos metros que, aunque no tuvo un paso exitoso por el Cartagena, se convirtió en la bestia negra del PSG, parando dos penaltis y realizando un partido bastante completo en líneas generales.

Bulka es el último jugador que, habiendo pasado por el PSG, es decisivo ante su exequipo. El primero fue Kingsley Coman, que decidió la final de la Champions de 2020 con un gol ante el equipo en el que se formó. Nkunku emuló a su compatriota el pasado mes de noviembre, marcando el 1-0 del Leipzig ante los parisinos en un partido que terminó empate a dos. Bulka, que sigue perteneciendo al PSG, eliminó este lunes de la Copa de Francia y se convirtió en un héroe para el Niza, 2º clasificado de la Ligue 1.

“Decidí poner a Bulka porque tuvo el coronavirus”, subrayaba Galtier, que reconoció el buen hacer del guardameta, suplente de Walter Benítez en el Niza y titular en todos los partidos de la Copa de Francia. El PSG le fichó en 2019 tras acabar contrato con el Chelsea, pero la falta de oportunidades en París le obligaron a buscar minutos fuera de la capital francesa. Tras dos cesiones sin éxito en el Châteauroux y en el Cartagena, el jugador decidió irse cedido al Niza, equipo en el que, a pesar de no tener muchas oportunidades, la Copa le puede abrir las puertas de otros equipos.

Contundente en el juego aéreo, brillante en el juego de pies (Nicolas Dehon, exentrenador de porteros del PSG, está ahora en el Niza y le ayudó a analizar el juego de pies) y seguro en los disparos de Messi y Paredes, el partido de Bulka con 22 años en París hacen presagiar que el portero solo necesitaba confianza y minutos para demostrar que tenía nivel suficiente para la Ligue 1. Aunque no le vaya a quitar, en principio, el puesto a Benítez, el exjugador del Chelsea tiene un porvenir esperanzador en Europa.

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