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"Tengo un desafío conmigo mismo: pasar los 40 jugando"

El veterano guardameta argentino comparte sus sueños con AS, pero Dituro todavía no sabe si a partir del mes de junio va a seguir luchando por ellos defendiendo la portería del Celta.

El portero argentino Matías Dituro, durante un entrenamiento del Celta.
Adrián SantamarinaRC Celta

A sus 34 años el argentino Matías Dituro (Bigand, 1987) es uno de los candidatos a rookie de LaLiga. Su rendimiento resulta tan sorprendente como su historia. En la temporada 2011-2012 pasó sin pena ni gloria por el Celta B y un decenio después regresó a Vigo, cedido por Universidad Católica de Chile, para apropiarse de una portería que parecía reservada a cancerberos formados en A Madroa.

LaLiga vive un paréntesis por la fase de clasificación sudamericana para el Mundial. ¿Sueña con recibir la llamada de su selección en próximas fechas FIFA?

Sí, está claro que para mí sería un sueño tener esa posibilidad, ya sea por un parón por eliminatorias o para jugar amistosos. Ponerme la camiseta de la selección de mi país sería lo más lindo que me podría pasar en esta etapa de mi carrera. Uno trabaja diariamente intentando hacer bien las cosas en el club que me toca y si llega me pondría muy feliz. También sé que hay otros arqueros que están en un muy buen momento y que tienen muy merecido el lugar que les toca en la selección.

Real Club Celta de Vigo, SAD

¿Cómo de cerca ve esa posibilidad?

No sé, no me puse a analizar eso. Trabajo en mi club para hacer las cosas bien y si llega sería una felicidad enorme. Es el sueño más grande de mi vida. Solo el hecho de pensarlo me llena de felicidad.

Y con el Mundial a la vuelta de la esquina…

Me ilusiono con tener alguna posibilidad de lo que fuese, para un amistoso o para cualquier otra fecha FIFA. Sí que el Mundial está cerca, pero yo me veo lejos.

¿Argentina es la máxima favorita al título en Qatar?

No sé si te diría la máxima, pero sí que está en una muy buena dinámica. Se ha formado un grupo de jugadores que se les nota que se llevan muy bien y que el técnico supo manejarlos muy bien. Cuando hay ese ambiente dentro de un equipo, lo digo por experiencia propia, estás más cerca de conseguir los objetivos y el de Argentina es ir a pelear el Mundial. Yo la veo muy bien y candidata.

Una baza que juega a su favor para recibir la llamada de Argentina: muchos campeonatos de selecciones se deciden en tandas de penaltis y usted es el hombre récord a nivel mundial en las penas máximas.

En los penaltis hay un poco de todo: análisis, momentos, minuto, resultado... En una eliminatoria siempre digo que hay un porcentaje muy pequeño de que un arquero pueda tapar un penalti, pero ese pequeño porcentaje no me gusta dejarlo al azar. Me gusta estudiarlo al máximo, analizarlo. Después hay que tener la suerte de elegir bien el momento teniendo en cuenta lo que piensas.

¿Siempre ha sido un especialista en penaltis o es una vocación reciente?

Tuve la suerte de parar bastantes en los clubs por los que me ha tocado pasar. Es algo que desde chiquito me ha gustado mucho. Me tocó así y la disfruto.

Llama la atención la estrategia que emplea el Celta para defender las faltas laterales, con sus compañeros metidos en el área pequeña. ¿Es una decisión suya o del entrenador?

El Chacho ya lo hacía el año pasado, es algo que le gusta al cuerpo técnico en la pelota parada. Creemos que podemos ser más fuertes así y lo trabajamos. Tiene sus pros y sus contras. A los pateadores les quitas sus referencias en cuanto a zonas vacías y todos los defensores están de frente a la pelota, pero también hay mucha gente por delante y cualquier desvío se hace muy difícil para el portero.

Otro aspecto llamativo de su juego es lo mucho que arriesga con los pies.

Hasta los catorce años fui jugador de campo y siempre me ha gustado. Antes buscaba tener más precisión porque al principio de mi carrera no te exigían tanto juego corto. Tuve la suerte de tener entrenadores que su sistema de juego se basaba en la superioridad desde la salida del portero. La exposición es grande, pero los equipos ganan muchísimo cuando sales con ventaja y puedes poner a los jugadores más desequilibrantes en un mano a mano o en ventaja numérica en zona de ataque. Errores siempre hay y cuando lo cometemos los porteros parece que es la muerte, pero fallos en los pases los tienen todos los jugadores de campo. Aquí en el Celta mezclamos un poco porque tenemos un delantero como Santi que es fuerte en la primera pelota y baja muchas. Variamos un poco viendo lo que requiere cada momento de un partido.

Cuando regresó a Sudamérica tras jugar una temporada en el Celta B, ¿se imaginaba una segunda etapa en Vigo y como portero titular del primer equipo?

No, nunca me pasó por la cabeza. Aquella temporada no fue mi mejor momento personal. Yo creo que las condiciones eran muy parecidas, más joven y quizás con más energía, pero la diferencia está en la madurez.

Uno puede pensar que el Celta no supo valorarlo y dejó escapar un portero de futuro. Sin embargo, entiendo que usted no comparte ese punto de vista.

Está claro que yo no estuve en mi mejor momento. Psicológicamente no era el mismo portero que soy desde hace seis o siete años. El cambio ha sido un proceso, un trabajo, que me ha hecho estar más centrado en los partidos, viviendo el momento e intentando no trasladarme ni al futuro ni al pasado. Si cometo un error no me afecta, en seguida lo saco de la cabeza y me enfoco en la siguiente jugada. Eso es lo más difícil para un arquero porque pasamos solos mucho tiempo. Convivir con el error a veces no es fácil y eso te puede llevar a seguir cometiendo errores.

¿Volvió a Vigo con ganas de revancha?

No, ni mucho menos. Jugando en Primera quería demostrarme a mí mismo que estaba capacitado para una de las dos mejores ligas del mundo. No había ninguna sed de revancha con el club, estoy muy agradecido, y el desafío es conmigo mismo.

A la conclusión de la temporada finaliza su cesión. ¿Le gustaría quedarse?

Estoy contento y me gustaría seguir en este nivel. Ya se verá lo que pase en el futuro… No me gusta pensar mucho más allá del día a día. Obviamente, me gustaría porque estoy contento en el club y mi familia está contenta en la ciudad, pero creo que es pronto. Ojalá se pueda dar la posibilidad de seguir en el club.

¿La dirección del club le ha trasladado alguna oferta?

No, de momento no hemos hablado nada o por lo menos mi representante no me ha comentado nada.

¿Percibe que sus actuaciones en LaLiga tienen mucha repercusión en Chile?

Agradezco siempre ese cariño de la gente de Chile, de Católica, que me brinda un cariño enorme. Yo también estoy muy pendiente de todos los partidos que juegan y de los mensajes que me mandan. Eso queda ahí, pero al día siguiente a seguir trabajando y metiéndole porque LaLiga es larga y tenemos objetivos, tanto a nivel colectivo como individual.

El Celta está en la zona media de la clasificación. ¿Usted mira para arriba o para abajo?

Estamos en una situación expectante que depende de nosotros para dónde queramos apuntar. A mí siempre me gusta mirar hacia arriba. Vengo de un club con el que me toco salir campeón en los últimos cuatro años. Ojalá podamos escalar y posicionarnos lo más arriba posible.

¿El vestuario ya ha superado el golpe de la eliminación en la Copa?

Estábamos demasiado ilusionados con la Copa, teníamos muchas ganas y la ilusión de pelearla. Fue un golpe durísimo que nos agarró en un momento extraño. Sin querer poner excusas, teníamos muchas situaciones que nos pasaron internamente. Ahora solo nos queda enfocarnos en LaLiga y la exigencia debe ser mirar hacia arriba.

Es un debutante en LaLiga, pero va camino de los 35 años. ¿Se siente un veterano en el tramo final de su carrera o un recién llegado con cuerda para rato?

Me gusta mucho el fútbol. Disfruto de los entrenamientos y no los sufro. A todos nos van pasando los años, pero a cada persona y a cada jugador le pasan diferente. Tengo un desafío conmigo mismo: pasar los 40 jugando e intentar hacerlo de buena forma, no jugando por jugar. Me cuido, entreno y descanso para eso. Si Dios quiere y las lesiones me acompañan, me veo jugando muchos años más.