No se salva nadie
El derrumbe del Atlético es difícil de explicar. Simeone no da con la tecla, la mayoría de los futbolistas están a un nivel bajísimo y las lesiones complican el funcionamiento.
El Atlético se la volvió a pegar y Simeone, a pesar de todo, es optimista. No le queda otra que hacer ver a sus futbolistas que confía en ellos, pero el rendimiento global durante los dos últimos meses no ofrece muchas certezas a las que agarrarse para creer. Los resultados son pobres, muy pobres, pero sorprende aún más ver a este Atleti tan poco competitivo. Es difícil rescatar a un jugador y considerarlo indiscutible ahora mismo. Sin fútbol, sin garra, con errores groseros de todo tipo, con lesiones y recaídas, sin Trippier y sin su sustituto, incluso sin fortuna. Los motivos para la esperanza escasean.
El mensaje de Simeone
El Cholo está convencido de que el equipo va a enderezar el rumbo, porque le ha visto hacerlo en otras ocasiones, pero ahora no encuentra soluciones. El técnico prueba diferentes esquemas y diferentes alineaciones, pero lo que un día funciona, rara vez lo hace al siguiente. El bloque rocoso del 'nunca dejes de creer' ha dado paso a un grupo muy vulnerable que lleva mal los golpes.
Las claves que dio en San Sebastián son “aceptar nuestros errores con humildad” e “insistir” en el trabajo. Simeone no se explica cómo la gran virtud de su etapa en el equipo, la solidez defensiva, ahora es uno de los problemas más graves. Y tiene que arreglarlo rápido porque no sólo se han esfumado ya la Copa y la Supercopa, es que en unas semanas llega el Manchester United y Cristiano, ante estas debilidades, no perdona.
Sin rebeldía ante la adversidad
El buen Atlético de Simeone podía ganar o perder, pero siempre competía. No se dejaba llevar cuando las cosas no salían. Eso era cosa del Pupas. Pero ahora se ha vuelto un equipo que invoca a la fatalidad. Cuando el Athletic empató en la Supercopa, todas las señales llevaban a pensar que se iba a llevar el partido. Contra la Real, más allá del tiro al palo de Carrasco, en ningún momento el Atleti dio la sensación de que podía pasar a cuartos.
El equipo no se rebela. Los aficionados que vieron el partido por la tele se quedaron con la sensación de que puso más garra para empatar Javi Serrano, peleando, lanzándose al suelo y empujando hacia delante, que cualquiera de los titulares. La Real no solo ganó, es que no sufrió para conseguirlo. La hinchada reclama que el equipo se vuelque.
El drama de la defensa
El Atlético empezó la temporada justo de efectivos y en enero le ha abierto la puerta a Trippier. Savic lleva un mes y medio de baja y Giménez, entre lesiones y sanciones, lleva casi dos en blanco. Felipe está en una crisis de confianza terrible y el gol de Sorloth le deja muy señalado. Y Hermoso tampoco inspira la seguridad de hace un año. Vrsaljko, prácticamente desahuciado desde hace años, pasa por ser el defensa más fiable de las últimas semanas. Oblak, salvador en tantas citas, también está lejos de su mejor versión.
Con defensa de cuatro o de cinco, al final raro es el partido en el que el Atlético no encaja dos goles. Siete de los últimos diez rivales lo han conseguido, todos menos Oporto, Rayo y Majadahonda. Cada centro lateral es un susto. Cada jugada a balón parado, un problema. Y los rivales lo saben. Oblak explicó el contraste en Riad: "Los equipos lo tenían negro cuando teníamos un balón parado a favor y ahora se crecen cuando lo tienen ellos".
El Atlético, como cuando llegó Simeone hace ahora diez años, necesita hacerse fuerte atrás para volver a crecer. "Ojalá volvamos a encontrarnos con ese cero en nuestro arco que tantos años se nos criticó y ahora tiene cada vez más peso", lamentaba con nostalgia el Cholo tras el KO copero.
Una lesión tras otra
Simeone tiene a 20 futbolistas, pero a San Sebastián solo se pudo llevar a 15. Giménez estaba sancionado y cuatro jugadores se quedaron en la enfermería: Savic, Griezmann, Kondogbia y Llorente. El primero se ha perdido nueve partidos y el segundo, seis. Los dos últimos en caer aún estarán unas semanas de baja. El equipo está muy limitado y el calendario no perdona. Griezmann y Llorente, que nunca se rompían, han caído también. Así es complicado dar continuidad a la idea, porque a veces se hace difícil hasta armar el once.
La pegada va a tirones
Simeone insiste en lo importante de la contundencia en las áreas, en ambas. Los problemas de la defensa se llevan el foco y si encajas tantos goles es difícil ganar, pero en ataque el Atleti está lejos de sus momentos de mayor inspiración. El equipo campeón era rico en recursos para marcar gol y para surtir de balones peligrosos a Suárez. Ahora se mueve a chispazos.
Luis Suárez se ha quedado seco y ha perdido la vitola de indiscutible, pero Cunha, que iba a más, no ha aprovechado la oportunidad para tirar la puerta abajo. João Félix y Correa tienen ahora la confianza de Simeone. El portugués tiene que responder no solo con detalles de calidad, también con cifras de goles y asistencias.
Un centro del campo desbordado
Tampoco la medular se libra. El Atlético se queda muy corto cuando intenta crear fútbol, pero más desnudo se queda cuando el rival quiere mandar. La Real Sociedad jugó como quiso y Mikel Merino parecía imposible de atrapar. El Athletic empujó al Atlético hasta el área y el Villarreal, durante muchos tramos, dominó claramente a los rojiblancos.
Kondogbia se faja en la recuperación, pero no es suficiente para dominar un partido. De Paul empezó mucho mejor de lo que ofrece ahora: ante la Real se quedó en un 73% de acierto en el pase, con algunos errores muy evitables. Koke estuvo bien contra el Villarreal, pero no se parece al del curso pasado, e incluso parece fatigado. Y Lemar ha perdido brillo también, aunque al menos pide el balón y trata de ser vertical.