La venta como única solución
El cambio accionarial en la SAD se impone como la única posibilidad para evitar un colapso económico ante el calendario de pagos inmediato con la Agencia Tributaria y CaixaBank.
El Real Zaragoza lleva un año metido en un complejo proceso de venta, con hasta tres intentos fallidos, pero las próximas tres semanas se antojan definitivas para el cambio de propiedad ante los gravísimos problemas de tesorería de la sociedad anónima deportiva y la crisis institucional que se puso de manifiesto en la última Junta General de Accionistas con la ausencia de los consejeros y accionistas Fernando de Yarza y Juan Forcén.
La actual propiedad ha conseguido reducir en sus ocho años de gestión la deuda neta del Real Zaragoza en casi 39 millones de euros, en gran medida por el traspaso de futbolistas de la cantera, pero quedan todavía pendientes 67,9 millones y, ante el calendario de pagos inmediato, el problema de caja es ahora mismo mayor que nunca, pese a la reciente firma del contrato entre LaLiga y el fondo de inversión CVC, por el que el club aragonés recibirá algo más de 11 millones de euros. Así que el cambio accionarial se impone como la única solución para evitar un verdadero colapso económico de impredecibles consecuencias.
El Zaragoza ha venido pagando con retrasos a sus futbolistas y empleados en los dos últimos meses, pero se va a cerrar el año 2021 en una situación verdaderamente límite, porque antes del 20 de enero de 2022 el club debe afrontar pagos a la Agencia Tributaria –a la que se deben casi once millones, entre el corto plazo y un crédito privilegiado- y a CaixaBank, con la que se tienen firmados dos créditos por valor de siete y tres millones de euros, además de todo el gasto corriente.
AS ya informó el pasado miércoles que el cambio de propiedad en el Real Zaragoza podría hacerse realidad a mediados del mes de enero, una vez que un nuevo grupo inversor, del que es intermediario el consejero y accionista minoritario del Betis, José María Gallego, tiene ultimado un acuerdo con la familia Alierta, a través de Fernando Sáinz de Varanda y Juan Uguet de Resayre, para hacerse con el control de la principal sociedad anónima deportiva de Aragón. Las conversaciones se iniciaron hace algo más de dos meses a través del despacho de abogados Cuatrecasas, del que es socio en Zaragoza Antonio García Lapuente, secretario a su vez del consejo de administración de la entidad zaragocista.
En estos momentos, sólo se está a la espera de que concluya la 'due diligence', o auditoría externa encargada por el intermediario del grupo comprador sobre el estado de cuentas del Real Zaragoza. Este intermediario tiene una exclusividad, prorrogada por un mes, para negociar con la familia Alierta que finaliza el 16 de enero de 2022.
Este nuevo grupo inversor pretende adquirir mediante un pago de 3 millones de euros el paquete accionarial de la familia Alierta (50,56% del capital social), además de abonar también otros 3,8 millones de euros correspondientes a un crédito participativo personal del ex presidente de Telefónica, ya que es susceptible de convertirse en acciones.
Por su parte, el grupo comprador tendría que hacer frente a los diez millones de euros correspondientes a créditos avalados personalmente por los cuatro mayores accionistas del club con Caixa-Bank.
Está por ver si este grupo decide también hacer una oferta por las acciones de la familia Yarza (13,46% del capital social), de Carlos Iribarren (13,46%) y de Juan Forcén (13,46%).