La lotería del Espanyol
Camaleónico y adaptativo, el conjunto perico es también un equipo imprevisible y cambiante. Lo muestran sus guarismos en LaLiga, chocantes, y los nombres propios.
Entre la pedrea, el premio Gordo o irse de vacío, el Espanyol del retorno a Primera alcanza el día de la Lotería de Navidad precisamente con esa capacidad de sorpresa que hasta ahora solo el factor campo, tan marcado, ha sido capaz de quebrar. Aloja el equipo de Vicente Moreno en sus guarismos algunas contradicciones que le convierten en un melón por abrir, capaz de sumar 23 puntos valiosísimos a estas alturas y, al mismo tiempo, de no haber ganado ni un solo partido lejos del RCDE Stadium.
| Clasificación | PTS | PG | PE | PP |
|---|
| Próximos partidos |
|---|
Con 211 disparos, es el séptimo equipo que más llega a la portería contraria –el décimo en número de goles (20, los mismos por ejemplo que la Real Sociedad)–, y a la vez es el segundo que más paradas realiza (63 lleva Diego López) y el cuarto en tiros recibidos (248), aunque solo el octavo en goles en contra (21, tantos como el Betis). Ha sido capaz de dejar su portería imbatida en hasta seis ocasiones (igual que el Rayo Vallecano, tan de moda) pero también de encajar seis goles en las dos últimas jornadas, frente a Levante y Celta.
El cuarto conjunto de Primera que más y mejor regatea (196 buenos) es asimismo el sexto por la cola en duelos ganados (878) y peor aún, a una sola plaza del descenso, en los estrictamente aéreos (196). Y eso que, al mismo tiempo, es el que menos faltas comete (189), una estadística que se sublimó –para mal– en Balaídos.
Las dos caras del Espanyol se escenifican también en nombres propios. En una pareja que brilló tanto en Segunda, Raúl de Tomás y Adrián Embarba, y que hoy brinda un rendimiento tan dispar. O como los habituales titulares y esa llamada unidad B que se encalló hace una semana en la Copa del Rey, ante el Palencia Cristo Atlético. Lo mismo que sucede entre los fichajes, algunos indiscutibles como Sergi Gómez, otros discutidos –con claroscuros– como Loren Morón o Aleix Vidal.
Una lotería, en definitiva, que seguramente responde al camaleónico estilo de juego de Vicente Moreno, adaptativo con el rival e indefinido –con sus pros y contras– entre el juego combinativo, el directo, los sistemas con los que empieza y acaba un partido. Las mismas señas de identidad que dieron para un ascenso incontestable y que están dando para vivir alejado del descenso en el regreso a Primera.
Las mismas que han permitido derrotar al Real Madrid y desdibujarse ante el Celta, o contra un Getafe que entonces aún no había ganado. Es cuestión de que el bombo siga girando, mientras el cuerpo técnico, el área deportiva y los jugadores se apresuren mediante su trabajo y empeño en comprar todas las participaciones para que el premio Gordo recaiga sobre el Espanyol.