La necesidad del Cholo de recuperar al mejor Lemar
El francés, diferencial desde LaLiga pasada, en la que el Atlético se proclamó campeón, ésta está siendo irregular, a causa de las lesiones. Y el equipo lo está notando.
La afirmación hace un año y medio hubiera resultado descabellada. Recuperar al mejor Lemar. Esas fotos, en el Atlético, estaban llenas de polvo, tan lejanas. Lemar en Tallin, en la Supercopa Copa de Europa 2018 ante el Real Madrid. Un Lemar que acababa de aterrizar en el Atlético y que fue todo exclamaciones, por sus quiebros, su fútbol vertical, su amenaza. Se apagó tan pronto como comenzaron a pesarle sobre los hombros los 70 millones que el Atlético había pagado al Mónaco por su fichaje, el más caro entonces de la historia del club ('título' que le arrebataría un verano después João Félix, por los 120 millones que al Atlético le costó su compra del Benfica). Hace dos veranos, en 2020, su nombre estaba en el mercado, su precio hundido en una sima. Se quedó en el Atlético. Simeone nunca había dejado de confiar en él. El entrenador sabía de su rendimiento en los entrenamientos, donde no había público que hiciera que la camiseta le pesara toneladas sobre los hombros, que enredara sus pasos, que convirtiera todas sus jugadas el meterse en un laberinto sin salida.
Fue precisamente la falta de público en los estadios, quizá, por la pandemia COVID, la que, de pronto, convirtió al Lemar de los partidos en ese Lemar que el Cholo conocía de los entrenamientos. Regresó el futbolista que el Atlético había fichado del Mónaco, un jugador diferencial. LaLiga rojiblanca de la temporada pasada también se ata a su nombre, como a los de Luis Suárez, Correa y Llorente. Thomas Lemar. Comenzó a regatear, a desbordar, a desmarcarse con determinación y vuelo. Comenzó a sobresalir en todos los campos y partidos, a ser el pegamento que el Cholo necesitaba entre sus líneas, comenzó a desbordarse su talento.
La falta de continuidad en Liga
Esta temporada, con el público de regreso al Wanda Metropolitano, nada cambió. Lemar era el Lázaro del Cholo, el jugador del 'levántate y anda', despertando 'oooh' de admiración en cada uno de sus pasos. Ya no le pesa el precio, ni la camiseta, ya no le pesa eso y, sin embargo, el Atlético no tiene el vuelo de la temporada pasada, cuarto en Liga, sin caminar con paso firme, o el de campeón que se presuponía a una plantilla que ya lo era más De Paul y Griezmann, ni en casa ni fuera. Una de las razones puede estar en el menudo francés: las lesiones están llenando de cepas sus pies. No le están dando continuidad. Y, sin Lemar, el Atleti vuela menos. En Liga no ha podido enlazar cinco partidos seguidos. Se lesionó, muscular, ante el Oporto, en el primer partido de la fase de grupos y, al poco de regresar, ante el Barcelona, al que le hizo un roto con João Félix, volvió a caer. Regresó ante Osasuna, en el derbi, el pasado fin de semana, jugó media parte y volvió a brillar. El Atlético se juega parte de sus aspiraciones reales en LaLiga este fin de semana en Sevilla, en el Pizjuán, necesita al mejor Lemar. Que las lesiones queden atrás. Que sólo vuele entre líneas y mire con los colmillos afilados a portería. Y el equipo junto a él.