El Atlético, al son de Lemar
El jugador francés volvió a ser determinante en el equipo y sólo las lesiones le están impidiendo tener más continuidad en un inicio de curso donde está sumando mucho de cara a puerta.
Thomas Lemar no tiene techo. El jugador se ha liberado de la presión que le perseguía en sus dos primeras temporadas en el Atlético, donde ser el fichaje más caro de la historia del club parecía encorsetarle, una mochila de la que no conseguía liberarse y que le frenaba sobremanera hasta que la temporada pasada encontró su lugar en el equipo. Simeone varió su formación y comenzó a potenciar unas cualidades como interior que en este inicio de curso le convierten en aún más fundamental para el técnico argentino.
Si en sus inicios parecía esconderse, entrar poco en juego y mostrarse tímido cuando el balón llegaba a sus pies, sin la capacidad para elegir bien el momento de encarar, ahora es un imán para sus compañeros, una salida limpia por abajo y un amigo tanto por su capacidad para romper líneas como por su evolución táctica. Únicamente las lesiones se están interponiendo en que el francés alcance su pico de forma donde, además de ese juego entre líneas que tanto le lleva dando al equipo en el último año, está añadiendo una determinación enorme de cara a portería.
Frente al Cádiz, Lemar consiguió su tercer gol en lo que marcha de Liga, lo que supone igualar la cifra anotadora de su primer curso como rojiblanco y el techo que tenía hasta el momento en el club (en su segunda campaña directamente no consiguió marcar ni asistir). Además, y poco después de haber tenido su doblete en un mano a mano donde Ledesma salió vencedor, Lemar dejó un pase al espacio para Llorente de muchísimos quilates que acabó desembocando en el gol de Griezmann para ampliar la brecha justo antes de que el ‘11’ saliese sustituido para evitar cualquier posible recaída.
Porque el equipo ha notado sobremanera su baja. Lemar sufrió en la primera mitad del partido contra la Real Sociedad su segunda lesión muscular del curso, lo que le obligó a parar cuando volvía a estar cogiendo velocidad de crucero. Y en total, en los siete partidos sin Lemar, el Atlético únicamente pudo ganar dos, empatar tres y cayó en otros dos. Regresó contra el Milan en un duelo donde se le notó la inactividad, pero ante el Cádiz volvió a ser una luz en el equipo durante la primera mitad y a matar en la segunda. Curiosamente hizo su tanto de cabeza, una suerte a la que no tiene acostumbrados, tras un gran centro de Carrasco con el que se entiende a las mil maravillas.
Lemar se siente importante, los jugadores de más calidad del equipo le buscan y cada vez que está sobre el campo es una bendición para Simeone. Ante el Cádiz el técnico varió su sistema táctico, regresando a un 4-4-2 con el francés iniciando los ataques desde el perfil diestro, donde acudía a ayudar a Llroente en defensa, pero con mucha libertad de movimientos a la hora de entrar por dentro y buscar aparecer con balón con mucha constancia. El ‘14’ fue uno de los beneficiados por tener a Lemar en su perfil, ya que, aunque le volvió a tocar ejercer de lateral derecho, tenía un lanzador para sus desmarques por velocidad al espacio.
En los 71 minutos que estuvo Lemar en el campo frente al equipo gaditano completó 42 pases de los 50 que intentó (84% de acierto), 35 de ellos en campo contrario y se midió en 14 duelos cuerpo a cuerpo con los rivales, el que más del equipo y ganando el 71,4% de ellos, lo que demuestra también su crecimiento en el apartado físico. Recién cumplidos los 26 años, Lemar continúa con su evolución constante en el Atlético. Y si consigue evitar los problemas físicos, tiene un papel principal destinado para esta temporada. Puede decirse sin lugar a duda que Lemar está siendo uno de los mejores jugadores del equipo en lo que marcha de curso y cuando se muestra a semejante nivel el Atlético lo agradece mucho. Balones a Lemar, una táctica que ya es de oro en este equipo.