FRANCIA | COPA DE FRANCIA

La única Copa que se juega en más de un continente

La Copa de Francia se ha convertido en un torneo bastante peculiar por jugarse en cuatro continentes. Los viajes a Europa los costea la Federación.

La Copa de Francia es, sin duda, el torneo más especial de clubes del mundo. Es imposible encontrar en Europa otra competición que se dispute cada temporada en cuatro continentes y que obligue a los equipos más modestos a hacer viajes interminables con el objetivo de rozar la gloria. Es lo que distingue al torneo más antiguo del fútbol francés del resto de competiciones coperas y eso le da un sabor especial a pesar de ser los últimos reductos que nos deja el colonialismo e imperialismo francés del siglo XIX.

Y se preguntarán, ¿cómo puede ser posible que la Copa de Francia se dispute en cuatro continentes? La explicación es más sencilla de lo habitual. Los territorios de Ultramar se consideran, oficialmente, suelo francés. Todas las regiones periféricas dependen del Gobierno Central, disponiendo sus ciudadanos del derecho a votar en las elecciones presidenciales para la República Francesa. De hecho, si uno mira ahora mismo el mapa político de Francia, se encontrará con que en el mismo se encuentran todos los territorios de Ultramar, ya que en son regiones que reciben una dotación económica importante por parte del Ejecutivo francés.

En concreto, los territorios de Ultramar que se consideran parte de Francia y que pueden disputar año tras año la Copa de Francia son los siguientes: Nueva Caledonia y Polinesia francesa (Oceanía), las Islas Reunión y Mayotte (África), y Guayana Francesa, Guadalupe, Martinica, San Martín, San Bartolomé, San Pedro y Miquelón (América). Todos ellos, más los franceses de Europa, claro, reúnen a sus mejores equipos cada año para jugar la Copa.

Otra de las razones que explican esta anomalía dentro del fútbol es que un internacional con la selección francesa tiene el derecho a jugar después con alguna de las selecciones de los territorio de Ultramar. El máximo exponente de ello es el exjugador del Real Madrid, Julien Faubert, que fue el primero en llevar el dorsal 10 con Francia tras la retirada de Zidane y después llegó a jugar varios partidos con Martinica, el país del que es originario. Esto es posible debido a que las regiones de Ultramar son, en su mayoría, selecciones no afiliadas a la FIFA, por lo que los jugadores que quieran ser doblemente internacionales no tienen, a priori, ningún problema. No obstante, la FIFA sancionó en su día a Malouda por jugar la Copa de Oro con la Guayana Francesa, considerando que, aunque dicho territorio no está afiliado al máximo organismo del fútbol mundial, el exjugador del Lyon ya había disputado un torneo importante con la selección francesa.

Un equipo "francés" también puede jugar el Mundial de Clubes. De hecho, se podría dar una situación alguna vez en la que un club de la Ligue 1 dispute el Mundialito frente a otro de los territorios de Ultramar. El Hieghène Sport de Nueva Caledonia disputó en 2019 el prestigioso torneo que organiza la FIFA. Ello fue posible ya que fue el campeón de la Liga de Campeones OFC, galardón que le permitió acceder al mayor torneo de clubes del mundo. De hecho, si el Hienghène Sport sale campeón algún día de la Copa de Francia (algo muy poco probable, por no decir imposible), disputaría competición europea y se convertiría así en el primer equipo de la historia que juega tanto la Liga de Campeones OFC y la Europa League (también dependería si UEFA le considera un equipo europeo por el hecho de estar en la Copa de Francia).

La pregunta más común que se hace el aficionado es la de saber si los equipos de Ligue 1 tienen que hacer más de 12.000 kilómetros para jugar en Ultramar en la Copa de Francia. La respuesta es, claramente, negativa. Los clubes de la Ligue 1 entran en liza en la competición a partir de la ronda de trentaidosavos y la Federación costea de su propio bolsillo los desplazamientos de todos los equipos de Ultramar a Francia que llegan a esta ronda del torneo copero. El único precedente de un equipo de la Ligue 1 viajando a Ultramar se produjo en 1989, cuando el Nantes se desplazó a la Guayana Francesa para enfrentarse al Geldar Kourou, al que goleó por 11-0 en el global en una época en la que las eliminatorias eran a ida y vuelta.

En la historia de la Copa de Francia, únicamente dos equipos han podido llegar a dieciseisavos de final a través de rondas previas. El primero fue el mencionado Geldar Kourou, que en 1989 salió vapuleado por el Nantes, y el segundo fue el JS Saint-Pierroise de la Isla de Reunión, que estuvo a un paso de la gloria tras forzar la prórroga contra el SAS Épinal en 2020 tras haber aguantado una hora con un jugador menos. Por esta isla pasaron en su día jugadores como Jean-Pierre Papin, primer Balón de Oro de la Ligue 1 antes que Messi, Dimitri Payet o Guillaume Hoarau. La temporada pasada, debido al coronavirus, dos clubes de las regiones periféricas entraron directamente a dieciseisavos tras haber ganado la Copa de sus respectivas zonas. El US Sinnamary de la Guayana Francesa y el Club Franciscain de Martinica estuvieron cerca de pisar los octavos, pero finalmente cayeron eliminados.

Esta temporada, hay dos equipos todavía vivos en la Copa de Francia que no juegan en los distintos campeonatos franceses. El Saint-Denis de Reunión, nombre que hace referencia a San Dionisio, el patrón de París que se hizo martir después de ser decapitado por los romanos en el actual Montmatre para después caminar varios kilómetros sin cabeza (se dice que se llama el Monte de los Mártires por él), viaja a Jura para enfrentarse al Jura Sud de National 2, equivalente a la cuarta división del fútbol francés. Este domingo, por su parte, Les Jumeaux M'Zouasia, equipo de Mayotte, viajará más de 7.000 kilómetros para jugar ante el histórico Burdeos. Los dos equipos de Ultramar tienen todas las de perder, pero la ilusión por poder ir a Francia a competir no se la quita nadie.

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