HUESCA 3 - REAL VALLADOLID 2

Aprobados y suspensos del Pucela: Petardazo competitivo con reacción insuficiente

El Real Valladolid cayó en Huesca fruto de su falta de contundencia en las áreas, siendo sangrante y decisivo lo sucedido en defensa en el arranque.

Valladolid
Javier NavarroDIARIO AS

Una vez más a domicilio, la falta de contundencia defensiva del Real Valladolid echó por tierra en apenas 25 minutos un partido en el que los blanquivioletas se levantaron del 2-0 recibido, pero de forma insuficiente por la desventaja provocada por el petardazo competitivo de ese mal inicio. Si bien los de Pacheta dispusieron de ocasiones y de arreones como para valorar positivamente al menos parte de su actuación, el desastre inicial lo nubla todo.

Roberto: Lentísimo, ni siquiera reacciona en el 1-0. En el 2-0 no sale en un balón frontal que debió. El tercer gol oscense confirmó su mala noche, en una jugada extraña que acaba con el balón entre las piernas.

Luis Pérez: Se quedó con la marca de Ignasi Miquel en el segundo gol local y no pudo evitar el remate. Sorprendió con un disparo fuerte en el minuto 24. Tras un primer tiempo gris, en el segundo asomó un poquito más antes de ser sustituido.

Joaquín: Se tiró abajo para desbaratar el primer acercamiento de Gaich. Desorientado en el 2-0 e imperfecto en el 3-1, tuvo un partido rarete. El ecosistema generado por el Huesca oscureció al doble pivote e hizo que la responsabilidad en salida de balón fuera suya.

Javi Sánchez: No encima a Gaich en la acción del gol. Retratado en el inicio. Como el resto del equipo, despertó con el 2-0 e intentó sorprender en un disparo desde lejos. Se anticipó a Seoane, pero su rechazo dio en Seoane y se convirtió en el 3-1.

Nacho: Superado en la acción que termina con el centro para el 1-0. Achuchado, también, por la intensidad oscense, fue el intento de desahogo del equipo en los peores momentos. Mejor con el paso de los minutos cuando Plano interiorizó.

Plata: Una frivolidad suya acabó en una arriesgada pérdida de balón. Le sobró un toque en cada acción en la que intervino en el primer tiempo, aunque se mostró participativo. Acortó distancias tras el paradón de Andrés.

Roque Mesa: Recuperó el esférico en la doble ocasión que desbarató Andrés Fernández. Ni se encontró ni encontró a Aguado tanto como habría querido, aunque cuando el esférico fue de los pucelanos, lo amasó.

Aguado: De haber seguido el 0-0 hasta el descanso, habría sido perseguido por Marc Mateu hasta el vestuario del Pucela. Cuando le encontraron, los oscenses ya llevaban dos goles de distancia, y tampoco sucedió mucho. Tampoco brilló.

Óscar Plano: Proyectó a Nacho en sus mejores momentos, en los que tendió a irse hacia adentro. Hizo una buena jugada para disparar en la acción del primer gol. Se situó de interior con el cambio de dibujo, aunque sin encontrarse del todo.

Sergio León: Un tanto desatinado en varias acciones técnicas. Tuvo un mano a mano con el portero que definió al cuerpo. Pulido, con quien se las tuvo tiesas, sobre todo en la segunda mitad, acabó sacándole del partido.

Weissman: Dejó un balón franco para Aguado con una genialidad técnica y en el rechazo se topó con Andrés. Fue de sus escasos chispazos, ya que si bien trató de finalizar en alguna ocasión más, no se acabó de enchufar.

También jugaron en el equipo de Pacheta.

Kike Pérez: Jugó por dentro, algo tan demandado, en el lugar de Aguado. Aunque no sirvió más que para maquillar el resultado, marcó un golazo desde la frontal. El intento de la machada le llevó de nuevo a la banda.

Cristo: Todos los balones que tocó fueron con acierto, aunque la verdad es que sus minutos no dejaron grandes acciones en el último tercio del campo. Entró en banda, en una situación que ya conoce, pero poco resolutiva.

San Emeterio: Entró en el tramo final para añadir piernas defensivas en el instante en el que Pacheta decidió dar un vuelco ofensivo en busca del milagro.

Toni Villa: El equipo se desdibujó a propósito en el tramo final, en el que entró para percutir más en campo rival, cosa que no fue capaz de hacer.

Anuar: Expuso su nervio en los pocos minutos de que dispuso, llegando a la línea de fondo en alguna ocasión, aunque tampoco pudo hacer mucho.

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