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BARCELONA

Frenkie de Jong sonríe con Xavi

El holandés ha crecido los tres últimos partidos. Más llegada, más pases decisivos, gol anulado ante el Espanyol y el primer tanto del curso contra el Villarreal.

Frenkie de Jong sonríe con Busquets, Memphis, Araújo, Abde y Eric.
JOSE JORDANAFP

De momento, el pressing a De Jong ha funcionado. El mensaje enviado por Laporta a través de un off the record ("tiene que dar más") y la llegada de Xavi al banquillo han activado al holandés, que después de un inicio de temporada oscuro ha firmado tres partidos notables ante Espanyol, Benfica y Villarreal. A Frenkie se le ha visto pisar más el área e intentar ser más determinante. Algo así como el De Jong que se vio la pasada temporada entre enero y abril. En La Cerámica marcó su primer gol de la temporada (no marcaba desde la final de Copa ante el Athletic en uno de sus mejores partidos de azulgrana), que ya podía haber llegado ante el Espanyol, aunque la jugada fue anulada por fuera de juego. Contra el Benfica, además, se topó con Vlachodimos en una acción que recordó mucho al gol de cabeza que hizo la temporada pasada ante la Real en la Supercopa. De Jong, además, se ha atrevido con el último pase. En Vila-Real se inventó uno imposible que Memphis mandó al limbo. En general, ha emitido mejores sensaciones. También en su gestualidad. Apesadumbrado el día de Vigo, donde no encontraba explicación al 3-3. el otro día exhibió su mejor sonrisa para decir que están "contentos" con Xavi, porque "habla con los jugadores".

Con Frenkie de Jong se ha dado un caso curioso. Muchos de los que aplaudieron su fichaje son los que ahora discuten su rendimiento y alimentan el runrún de una venta. Demasiados bandazos que pueden quemar un jugador que ya la temporada pasada rindió, por momentos, mejor incluso que en el Ajax porque fue capaz de relacionarse mejor con la portería rival. De Jong sigue siendo el jugador más valorado de la Liga según la web especializada Transfermarkt (90 millones de euros).

El principio de temporada, sin embargo, no ha sido sencillo. De Jong estuvo gris y, en su mejor partido, que estaba siendo el de Lisboa, Koeman retrasó su posición y le hizo jugar delibre cuando se lesionó Piqué, justo cuando más daño estaba haciendo. Seguramente, además, nunca estuvo al cien por cien. Jugó el Clásico con problemas de isquiotibiales. De hecho, fue el único partido de la temporada en el que ha sido sustituido y no jugo los 90 minutos (más allá del partido del Nuevo Mirandilla en Cádiz), donde fue injustamente expulsado. De Jong, sin embargo, ha empezado a carburar en los últimos 20 días y, lo que es mejor, ha recuperado la sonrisa. Como a todos sus jugadores franquicia, el Barça lo va a necesitar mucho en Múnich.