Memphis, moral para Múnich
Después de su mal partido ante el Benfica, su partido contra el Villarreal iba directo al contenedor de las críticas feroces. De pronto, se iluminó con el 1-2. Cuatro jornadas seguidas marcando.
Por esas cosas que sólo tiene el fútbol. Memphis Depay salió muy fortalecido de La Cerámica cuando, menos de diez minutos antes del final, le esperaba poco menos que un consejo de guerra. Tocado después del partido ante el Benfica, el quinto de Champions en el que no fue capaz de hacer gol, los cuchillos se fueron afilando durante el partido ante el Villarreal. Primero, una jugada en la que hizo un buen recorte con la derecha pero mandó el balón fuera con la izquierda. Y luego, un error impropio de un delantero de élite después de una de las mejores asistencias que se han visto en toda la Liga, una fantasía de Frenkie de Jong que su compatriota mandó al limbo para desesperación del mismo De Jong, de Xavi y de la afición. En la segunda parte, Memphis se había encontrado con Rulli después de otro chut algo inofensivo. Y, finalmente, la liberación. Intituitivo, Depay se adelantó al mal despeje de Estupiñán, le ganó la carrera a Albiol y luego burló a Rulli con sangre fría. Tal vez demasiada, porque se expuso al error. Pero marcó. Y no sólo eso. Tuvo un gesto de buen compañero permitiendo que Coutinho lanzase el penalti del 1-3. "Me lo ha pedido y esto es un grupo. Si es para que Philippe esté mejor, lo hago sin problema", dijo después del partido en los micrófonos de Barça TV.
Desconocido en la Champions, donde no ha marcado todavía y apenas ha generado juego, Memphis sí está rindiendo en la Liga. Lleva ya ocho goles, cuatro en los últimas cuatro jornadas. Empieza así a acercarse a las cifras que firmó en el Olympique de Lyon y que le pondrían sobre el umbral de los 20 goles a final de temporada. Para un delantero que vino gratis, eso sería hacer un buen trabajo. Lo cierto es que Depay hace muchas cosas bien en el campo porque tiene mucho sentido del juego. Su problema está siendo la definición. En Vila-Real le puso solución. En la Champions, sin embargo, no ha habido manera. Tal vez este gol ante Rulli, que celebró por todo lo alto, como sus compañeros en el campo y el banquillo, le dé alas. Primero ante el Betis, pero sobre todo en Múnich, el Barça lo va a necesitar.