ATLÉTICO DE MADRID

Griezmann está de vuelta

El francés es uno de los brotes verdes para el Cholo Simeone en este mes gris, con cuatro goles en cinco partidos, de nuevo fundamental y clave.

JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Griezmann ha vuelto. Ahora sí, definitivo. El Griezmann campeón del mundo, el Griezmann de bronce en el Balón de Oro. Primero llegó el cuerpo, en aquel cierre taquicárdico de mercado. El resto, sin embargo, no le acompañó. El físico, la cabeza, la confianza. Era Griezmann pero no era Griezmann. Sólo para Simeone lo era. Que lo ponía a pesar de su estreno gris (como titular, por cierto, ante el Espanyol). Que lo seguía poniendo a pesar de los pitos. Que insistía a pesar de que los números de sus primeros partidos, sin pases, sin goles, sin asistencias, le asemejaban más con el Griezmann del Barça que el del Atleti.

En Milán comenzó a asomar. Ese que el Cholo esperaba. Un gol. Su primero en la rentrée rojiblanca. Era 28 de septiembre. Casi un mes después, estaba en el Atleti el resto. El Griezmann con el frac sobre el mono de trabajo. Ese Griezmann que es tantos futbolistas a la vez. Con juego, trascendencia y ascendencia en el gol. Que a cada jugada le pone brillantina. El Griezmann de la capa con sello de autor Simeone. El Griezmann que tanto añoró que se fuera. Un mes tardó pero, desde entonces, está en la racha buena. Una buena noticia a la que agarrarse en este octubre negro (de parón a parón sólo una victoria, con dos derrotas y tres empates) para unos rojiblancos que, por cierto, le han dejado de silbar.

Undécimo en minutos (729 en el Atleti, donde se perdió las tres primeras jornadas porque aún era del Barça), ya es el segundo en el gol, con 5, por detrás de Luis Suárez (8). Una cita a la que no ha dejado de faltar desde que le hiciera aquel primero al Milan. Partido a partido. Con cuatro goles en los últimos cinco partidos. Al Liverpool en el Metropolitano le marcó dos. Tres días después, al Levante en LaLiga. Ante el Betis no convirtió pero sí estuvo, con asistencia, como ante el Valencia, donde marcó y lo dio (a Suárez), además de participar de manera clave en la jugada del tanto de Vrsaljko. Como antes, como hasta que se fuera. Su posición, libre a la espalda de Suárez, le hace crecer. Y cuando Griezmann está bien es un futbolista que siempre mejora a los demás. A lo Koke, uno de sus mejores amigos en el vestuario rojiblanco, el capitán.

Nada más aterrizar en Madrid, de hecho, antes de su presentación oficial, que en estos tiempos de COVID es la foto con Enrique Cerezo, presidente, y la rojiblanca bajo la cúpula del Metropolitano, se cortó el pelo. No es baladí. Acostumbrada la grada rojiblanca a sus diferentes y atrevidos peinados, algo heredado de madre, fue después de La Decisión, cuando anunció que se quedaba en el Atleti, que Griezmann comenzó a dejarse el pelo largo, a lo Beckham, su ídolo de niño, de ahí a jugar siempre también con manga larga. Un pelo que no se volvió a cortar hasta regresar junto al Cholo, dos años después. Se lo pedía la afición. Esa misma a la que, tras marcar al Milan, pidió perdón. Espantados los fantasmas. A lo que mejor sabe: volar con el Cholo.

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