Mostovoi: "Para muchos soy una persona muy incómoda…"
Alekxandr Mostovoi, ídolo del celtismo, rememora para AS los capítulos más interesantes de su trayectoria como futbolista y qué ocurrió después hasta la actualidad.
Alekxandr Mostovoi (22-8-1968, 53 años, Lomonósov, San Petersburgo, Rusia) fue uno de los futbolistas con más clase y controvertidos que jugaron en la Liga española a finales de los años 90 y principios de los 2000 y, sin duda, aún hoy día, es uno de los ídolos de la afición del Celta. Ha concedido una entrevista a AS en la que repasa los mejores episodios de su carrera deportiva y cuenta que ocurrió después hasta la actualidad.
¡Cuánto tanto tiempo sin saber de usted! ¿A qué se dedica Alekxandr Mostovoi ahora?
Hola, pues vivo en Moscú y estoy intentando hacer cosas para el fútbol ruso y colaboro para la televisión ‘Match Tv Russia’.
Ya en España, cuando se retiró también colaboró en el Marbella. ¿Cómo surgió aquello?
Bueno, Alexander Grinberg compró el Marbella y me pidió que les ayudara, que les asesorara para hacer crecer al Marbella, pero, vamos, que no cobré ni un euro.
¿Por qué no siguió ligado al fútbol al colgar las botas, no le atrajo la idea de ser entrenador o director deportivo?
Sí me atrajo, siempre he querido estar ahí, pero para muchos soy una persona muy incómoda…
¿Incómoda?
Sí, porque conozco bien el fútbol, he sido buen futbolista, tengo mi carácter y a alguna gente no le gustaría tener a su lado a una persona como yo. En Rusia me preguntan ‘Alex, ¿por qué no quieres ser entrenador?’ Sí que quiero, pero no me llama nadie. Antes había gente a mi lado que decían ser mis amigos, yo les ayudé, pero ahora no pasa al revés.
¿Pero tiene el título de entrenador?
No. Pero en Rusia hay mucha gente que no tiene el título de entrenador y, sin embargo, están en el fútbol. Yo siempre me pregunto: ¿cómo es posible que haya gente en el fútbol que nunca ha jugado? No lo entiendo…
¿Pero en Rusia se puede entrenar sin tener el título?
Sí. Te sacan un papelito y mientras que están dirigiendo un equipo, estudias. Por ejemplo, Karpin, mi excompañero en el Celta y en la selección. Nunca quiso ser entrenador, empezó así y fíjate la carrera que tiene, siendo ahora seleccionador. Y como él, muchos otros.
Vamos con su trayectoria: después de formarse y triunfar en el Spartak de Moscú, saliste de la extinta Unión Soviética a Portugal (Benfica), después fue a jugar a Francia (Caen y Estrasburgo) y fichaste en 1996 por el Celta. ¿Por qué España y por qué el Celta?
Yo nunca pensé en marcharme a España, me sentía bien en el Estrasburgo, además tenía un contrato largo. Jugué la Eurocopa de Inglaterra con Rusia, caímos en primera ronda, pero yo rendí a buen nivel y me llegaron ofertas de equipos alemanes, ingleses e italianos. Estuve meditando si seguir en Francia, a pesar de que el presidente no cumplió lo que me dijo meses antes de mejorarme el contrato, o marcharme, sobre todo, a Alemania, y cuando quedaban pocos días para el cierre del mercado de ese verano llegaron representantes del Celta, muy interesados, se llegó a un acuerdo y me fui a España.
¿De otros clubes españoles también tuvo ofertas?
No, sólo del Celta.
En la Liga y en el Celta dejó una huella imborrable, ¿pero cree su carácter un tanto rebelde le ha impedido llegar más alto en el fútbol?
No. Yo estoy muy orgulloso de llegar en el fútbol donde he llegado. Ya con 18 años fui campeón de la Unión Soviética con el Spartak de Moscú y el mejor jugador joven y con 20 había alcanzado las mayores cotas en el fútbol de mi país. ¿Qué me hubiera gustado conseguir más títulos? Sí, claro, pero me siento muy satisfecho de mi carrera.
Tengo entendido que su primer año en el Celta fue muy complicado.
Lo fue, como mi último año. Ya cuando llegué a Vigo resulta que al ver el contrato había cosas distintas de las que me dijeron cuando se negoció con el Estrasburgo. Pregunté y me dijeron "ya lo cambiaremos, no te preocupes…". Después, el primer día que voy a entrenar, el campo de entrenamiento era una calamidad, no había agua caliente, ni un vestuario en condiciones… aparte de cómo jugaba el equipo. Estaba horrorizado.
¿Llegó a pensar en marcharse?
Claro y busqué una salida como fuera.
¿Ese malestar que tenía provocó, entre otras cosas, aquel incidente en el campo del Sporting en el que abandonó el campo y compañeros como Patxi Salinas le convencieron para que volviera?
Sí. Yo lo estaba pasando mal en ese partido, porque no estaba a gusto, además tuve molestias y quise irme a falta de diez minutos, pero el equipo ya había hecho todos los cambios. Entre unos compañeros me obligaron a volver al campo. Después, me apartaron del equipo unos días y me pusieron una multa. Me equivoqué y pedí perdón.
¿Y que ocurrió para que siguiera, porque estuvo ocho años en el Celta?
Porque la siguiente temporada cambiaron muchas cosas, hubo mejoras en la Ciudad Deportiva, llegaron fichajes y el equipo empezó a jugar mejor e hicimos grandes años, yo creo que los mejores de la historia del club.
Usted se convirtió en un referente en el Celta de esos años. ¿Se interesaron por Mostovoi grandes clubes?
Sí, pero sólo fueron palabras, además ya tenía 30 años, tenía dos hijos y yo por entonces estaba muy feliz en Vigo, porque la afición me quería, y eso no se compra, y el club tampoco me quería dejar marchar, pedía mucho dinero por mí, y yo no forzaba por salir.
¿Cuál es el entrenador con el que más afinidad ha tenido?
Con Oleg Romantsev, que me dio la oportunidad primero en un club de Segunda División de mi país con 16 años y después en el Spartak de Moscú, con 17, y con el que coincidí en la selección; y en el Celta, con Víctor, porque estuve cuatro años con él.
Ha comentado que tu último año en el Celta también fue difícil. De hecho, el equipo bajó, tú y otros muchos jugadores os marchasteis. ¿Es verdad que el club te dejó a deber mucho dinero que nunca cobraste?
Es verdad. Esa temporada 2003-04 entramos en Champions, pero las cosas no funcionaron. De hecho, como dices, el equipo acabó bajando. Yo había renovado un año más, para la 2004-05, pero al descender, se marcharon muchos jugadores perdonando dinero y yo, que ya tenía 35 años camino de 36, también lo tuve que hacer. Presionamos para que me pagaran ese año de contrato que firmé, pero no hubo manera.
Teóricamente, después del Celta colgó las botas, pero meses después volvió a España jugar en el Alavés. ¿Por qué?
Ese año 2004 me pasó de todo: lo del follón en Vigo, después con la selección también terminé después de que me expulsaran de la concentración en la Eurocopa de Portugal, tuve problemas familiares y me marché a Moscú casi para esconderme. Pero cada poco recibía llamadas preguntándome por qué no quería jugar más, que me animara, que estaba todavía para el fútbol. Y entonces en marzo de 2005 me llamó Piterman, que entonces era el dueño del Alavés, me convenció y me fichó para unos meses, para ayudar al equipo a subir a Primera. Pero entre que tuve que ponerme en forma y que no me adapté a la ciudad ni al equipo, sólo jugué un partido (ante el Cádiz, y marcó un gol) y, al acabar, cuando llegué al vestuario dije que no seguía, que me iba. Y ahí acabó mi carrera como futbolista.
¿Se arrepiente de algo en su carrera futbolística?
Pues mira, cuando se separó la Unión Soviética en 1991 muchos jóvenes futbolistas nos marchamos a jugar fuera. Yo me fui al Benfica, que es un grande de Europa, pero allí siento que perdí el tiempo, sobre todo el segundo año, en el que jugué muy poco porque había muchos extranjeros y sólo podían jugar tres. Perdí dos años y medio de mi vida futbolística en Portugal.
Oiga, usted fue un referente en el Celta como lo es en los últimos años Iago Aspas. ¿Entiende que Luis Enrique, que empezó contando con él en la Selección, no le llevara a la Eurocopa ni después?
No lo entiendo. Siempre he dicho que es un jugador impresionante, de los mejores de España y de Europa. Siempre le he defendido, desde que falló el penalti ante Rusia en el Mundial de mi país en 2018 cuando se le criticó injustamente. No sé por qué no le llama Luis Enrique.
¿En el fútbol actual quién le recuerda a Mostovoi?
No sé, ya la figura del 10 no es tan marcada, salvo Messi. Antes estaban Del Piero, Totti, Zidane, Matthäus… Quizás ahora Modric.
¿Si pudiera fichar a uno, a quién elegirías, Mbappé o Haaland?
A los dos, ¡jajajajajaja! Pero si sólo fuese uno, a Mbappé.
¿Y quién cree que merece el Balón de Oro: Benzema, Lewandowski, Messi, Jorginho…?
Para mí Messi es el mejor del mundo, pero lo merece Lewandowski, porque todos los años marca un montón de goles.
Muchas gracias.
A AS por acordarse de mí.